La muerte, en circunstancias extrañas, de BONIFACIO NGUEMA ESONO
NCHAMA, presidente y cofundador de Fuerza Demócrata Republicana
El Comité de Exilio de Fuerza Demócrata
Republicana, está profundamente escandalizado y consternado por la muerte de
Bonifacio Nguema Esono Nchama, fallecido en la madrugada de éste martes, 28
abril 2015, en Malabo, tan sólo a trece días de abandonar un largo y duro
exilio de casi veinte años.
Por razones estrictamente personales y
familiares, el histórico político guineano, 77 años de edad, puso fin a su
exilio el día 14 del presente mes de abril y regresó a Guinea Ecuatorial, tras
anunciar su retirada de la política activa, más de medio siglo involucrada en
ella.
Todo parece indicar y sospechar, según las
primeras informaciones que han llegado al Comité de Exilio, que la muerte de
Nguema Esono no ha sido natural, sino fruto de un acto premeditado y orquestado
por el régimen en sus círculos familiares.
El político guineano se sintió un poco mal de
salud el pasado domingo, aquejado de una subida de tensión que de vez en cuando
le molestaba en el exilio sin que en ningún momento llegara a niveles que
ponían en peligro su vida. Y qué casualidad que su botiquín de medicamentos
había desaparecido tras llegar a Malabo y estaba a la espera de nuevos
medicamentos encargados en España.
El domingo, sin que se preocupara por la molestia
de la tensión, uno de sus hijos decidió llevarle a la ‘famosa’ hospital ‘La
Paz’, propiedad de la familia presidencial, desafiando así las amenazas de
muerte que pesan sobre Nguema Esono. Nada más ser atendido por los médicos su
estado salud empezó a deteriorarse, pero en ningún momento perdió la conciencia.
El lunes prácticamente entró en agonía y aun con eso seguía hablando
normalmente y sólo cuando presagió que había caído en una emboscada, pronunció
sus últimas palabras: “Me muero por incrédulo”. Y expiró.
Francamente las razones personales y familiares
le pesaron más a Nguema Esono en los últimos años que el don natural de
preservar su propia vida y de alejarse de las tentaciones familiares y, por
ende, desafiar la tiranía menospreciando las eternas amenazas de muerte que
pesaban sobre él desde 1980 y se acentuaron en 1995 con la creación de Fuerza
Demócrata Republicana.
Nuestro compañero estaba convencido de que la
renuncia a la política activa quizás le permitía vivir tranquilamente en su
Guinea natal rodeado de los suyos y exento del colimador mortífero del régimen
criminal y sanguinario del sátrapa Teodoro Obiang.
Desde 2009 parte de los familiares de Nguema
Esono, presionados por Teodoro Obiang, venían acosándole in extremis para que regresara a Guinea. En concreto, uno de sus
hijos de una relación sentimental, convenció a otros para que redactaran una
carta suplicando su regreso a Guinea.
Una reunión extraordinaria del Comité de Exilio
de FDR celebrado en Madrid en verano de ese año abordó ampliamente dicho tema,
a petición del propio Bonifacio. La conclusión fue unánime. El Comité dio
órdenes tajantes al presidente en el sentido de que en ningún momento aceptaría
su dimisión ni su renuncia de la política activa y máxime por presión de unos
hijos que ya son más que hombres y mujeres para valerse por sí mismos.
Igualmente le aconsejó que en ningún momento de su vida se osara a regresar a
Guinea mientras Obiang permanece en el poder.
Nguema Esono trasladó a los hijos su malestar
conforme a las indicaciones y consejos del Comité Exilio. La presión se relajó,
al menos hasta 2012, cuando su hijo vuelve a las andadas. El finado tenía la
costumbre de someter al Comité las presiones familiares que pesaban sobre él.
Las conclusiones fueron similares hasta que en 2014 renuncia la política activa
y decide regresar a Guinea.
En ningún momento el Comité de Exilio permitió a
Bonifacio regresar a Guinea Ecuatorial. Tampoco buena parte de su familia,
sobre todo, sus primos hermanos y los hijos que de su penúltima esposa.
Uno de sus primos hermanos le telefoneó a
principios de abril para rogarle que no regrese a Guinea porque “su tumba está escavada”, según confió el
propio Bonifacio a un miembro del Comité de Exilio que estuvo con él durante
una semana en su residencia de Almería, poco antes de trasladarse a Madrid y
emprender el regreso a Guinea.
Los guineanos olvidan, pero Obiang no perdona
En veinte años de exilio, Nguema Esono siempre
gozó de un excelente estado de salud, salvo las molestias propias de su edad,
pero nada graves y antes de regresar superó todos los chequeos médicos.
Desde principios de 2000 circula una ‘supuesta’
lista de originarios de de Mongomo que deben ser asesinados en lo que queda del
régimen de Obiang y en caso de su desenlace, porque podrían poner en riesgo la
sucesión hereditaria de la presidencia de la ‘república’. Todos los miembros de
FDR están dentro de esa lista y algunos ciudadanos de Mongomo sospechosos de
descontentos con el régimen de Teodoro.
No puede ser mera casualidad que en siete años
han muerto, siempre en circunstancias extrañas, cuatro destacados miembros de
FDR, entre ellos, dos de sus cofundadores: en octubre de 2008, muere doctor
Dámaso Obiang Ndong que acudió al hospital por una molestia palúdica; mayo de
2009, cae Eloy Eló-Mvé Mbengono en Marruecos poco después de regresar al país
tras años exiliados; en 2010, cae Benedicto Nzé Ndong y en abril de 2015, cae
Bonifacio Nguema Esono, a trece días del exilio. ¿Casualidad? ¿Causalidad? ¿Ironía
de la vida? ¿Ironía del destino? En 2005, Obiang envía sicarios para asesinar a
Germán-Pedro Tomo, secretario del Comité de Exilio. Los sicarios le confunden
con su hermano Manuel, a quien asestan cinco puñaladas mortales y se salvó por
la rápida intervención médica.
Resulta inhumano decir que Nguema Esono regresó a
Guinea para morir o entregarse al régimen. Pero sí sabía [buenamente] que
podían asesinarle. Nunca abandonó ese miedo, pero prefirió no tanto el desafío contra
régimen sino el intentar vivir en su país.
Lo que uno dice en el lecho de su muerte [casi] siempre
se cumple. En 2009, una familiar de Nguema Esono, minutos antes de fallecer en
el hospital de Móstoles, le dijo textualmente: “Nguema Esono, el día de mañana también dirás que te vas a Guinea,
cuando has visto de cómo han matado a tu primo Eloy Eló-Mvé; por favor, no te
vayas a Guinea porque Obiang te va a hacer lo mismo”.
Las amenazas de muerte por parte de Obiang penden
sobre Nguema Esono prácticamente tras el juicio de Macías de septiembre de
1979. En su primer viaje de Estado a Gabón, dónde se decidió el traspaso de
Mbañe al país vecino [dichos acuerdos fueron rechazados por Guinea a petición
de Nguema Esono cuando era secretario técnico de AAEE en el Gobierno del CMS],
Omar Bongo le dijo a Obiang que si quiere permanecer en el poder debe deshacer
del vicepresidente de Macías. Poco después Bonifacio fue confinado como
embajador en Etiopía antes de que el país aceptara su plácet. No dimitió, sino
abandonó la embajada tras un año y se afincó en la ciudad de Mongomo, harto de
las humillaciones que le sometían sus subordinados a instancias de Obiang. Para
más inri, a penas cobró su salario como embajador.
En Mongomo le sometieron a todo tipo de
tentaciones y de trampas por si caía. Intentaron involucrarle en supuestas
tentativas de golpe de Estado de 1982 y 1986. Le nombran alcalde sin
consultarle y después le someten a un inventario por si faltaba un CFA de los
dos millones que tenía la alcaldía al año. Resultado, un superávit de más de
medio millón de Francos CFA.
Obiang crea el PDGE e invita a Bonifacio a sus
filas. Rechazo tajante. En un viaje a Mongomo le invita a comer en su poblado
natal ante varios miembros de su régimen y del párroco de la localidad. Le recrimina
por no militar en PDGE y Nguema Esono le contesta que está retirado de la
política.
Tras la proclamación oficial del pluralismo
político, Obiang le invita a Malabo para que ante los medios de comunicación
estatales ‘insulte y critica a la oposición y rechace su supuesta militancia en
Up’. Se niega.
La creación de FDR en 1995 y la activa
participación de Nguema Esono en la campaña por la POC, su histórico discurso
en el cierre de campaña en Malabo, enfureció aún más a Obiang. El cinco de octubre
él y su compañero Felipe son expulsados de la capital y confinados en sus
poblados porque, según el comunicado de Obiang, “su presencia en Malabo pone en riesgo la seguridad del Estado”.
En Mongomo son sometidos al Tribunal de
Inquisición, vejados y humillados. En la misma noche del día 17 de octubre, un
escuadrón dirigido por el asesino Cayo Ondó intenta acabar con ellos, pero la
información llega al conocimiento de simpatizantes de FDR, que les ayudan a
exiliar en Gabón.
En verano de 1995 Nguema Esono logra exiliarse en
España, mientras sus compañeros Guillermo Nguema Elá y Felipe Ondó son
secuestrados meses después.
En verano de 2003, Santiago Eneme Ovono, hermano
de Obiang entonces exiliado en España por problemas familiares, revela a Nolasco
Obamefur durante una larga charla lo siguiente:
Santiago: … ¿Sabes lo más que se arrepienta
Obiang en su vida?”
Nolasco: … Cuéntame.
Santiago: … Por favor, no lo digas a nadie ni
máxime que te lo he dicho yo.
Nolasco: … ¡Sabes que los secretos me llaman papá
por imperativo ético y profesional!
Santiago: … Tras la creación de FDR, Obiang me
dijo un día que ‘cada vez que me pregunto por qué no maté a Bonifacio en tiempo
de Macías me duele la cabeza’, y yo le pregunté por qué, explica Santiago y
Obiang le responde: ‘en realidad pensaba y muchos otros que Bonifacio era
estúpido, tonto y bruto, que hasta burlábamos de él entre amigos, pero ahora me
doy cuenta que nos equivocamos porque Bonifacio es uno de los políticos más
listos e inteligentes de éste país y por eso de tantas trampas que le he
tendido no ha caído en ninguna. Continúa Obiang: de los tres cofundadores de
FDR, el único que me costará eliminar es Bonifacio, porque es muy cauto y
listo; pero de los otros dos conozco sus debilidades y basta tenderles un cebo
y lo pican… Eloy no me preocupa porque le gusta mucho la buena vida y Felipe es
mi yerno, yo sé cómo acabar con ellos en cualquier momento. Pero lo que sí te
aseguro, hermano, es que jamás permitiré que yo me muera antes que Bonifacio,
porque conoce todas las cosas malas que hice durante el tiempo de Macías…
Nguema Esono estaba al corriente de esa
conversación, como todos los miembros del Comité de Exilio.
En 2011, la última hija de Nguema Esono se atreve
a solicitar una entrevista con Obiang en su palacio. Tras meses Obiang le
recibe en su despacho del palacio Tres de Agosto, Malabo. Nchamita ni corto ni
perezosa, le hace una pregunta directa: “Señor presidente, dime exactamente
¿qué problema tienes con mi padre que no le dejas vivir en su país con sus
hijos? Obiang tampoco reparó en su respuesta: “el problema que tu padre y yo
tenemos es que esta silla que estoy sentado los dos la disputábamos, pero yo
gané y hasta la fecha tu padre no quiere asumir su derrota ni reconocer mi
triunfo”.
Obiang y Constancia intervienen en el acoso al retorno
Cuando los hijos, en realidad un hijo de una relación
sentimental bien posicionado en Guinea, dio cuenta que no podía convencer a su
padre dejar política ni abandonar exilio, requirió la intervención directa de
quienes le mandaban, Obiang y su mujer.
En su fiesta de bodas de oro, de plata o de no se
sabe qué metal, Teodoro recurre a la última mujer de Bonifacio, doña Rosalía y
le invita a pasarlo bien en Mongomo. La invitación crea una crispación
matrimonial, porque Nguema reprocha a su mujer que un hombre no puede invitar a
una fiesta a una mujer casada sin el consentimiento de su marido… En fin, la
mujer va a la embajada y le entregan billete y dinero para la fiesta. De
regreso, la crisis agudizó y la mujer abandona el hogar sin apenas avisar a su
marido. Regresa a Guinea y le colocan como funcionaria de Inseso. Las dos
últimas mujeres de Bonifacio se fueron de casa por intrigas de Obiang.
Logrado el objetivo, Obiang y su mujer comienzan
a sacudir el teléfono de Bonifacio día y noche, cosa que éste pone al
conocimiento del Comité de Exilio.
Una conversación diga de contar cuando Constancia le invita a regresar a
Guinea con todas las garantías y juramenta que mientras sigue siendo primera
dama no le pasará nada porque, al final, ambos son la de la tribu Obuk. Nguema
le responde que Eloy también era de la misma tribu y por qué murió a manos del
régimen… Bonifacio le condiciona que debe mediar un escrito de su marido como
jefe de Estado garantizándole la seguridad y responsabilizándose de todo lo que
pudiera ocurrirle si regresa a Guinea… Igualmente Bonifacio condicionó su
retorno previo encuentro cara a cara con Obiang en un país de la Unión Europea…
En las siguientes conversaciones Constancia
cambia de estrategia y habla más bien cordialmente e incluso le pregunta a
Bonifacio si aceptaría una pequeña ayuda económica que podría estar mandándole
regularmente. Nguema lo rechazó de plano, pero la dama insistía en otras
conversaciones que no lo hacía como primera dama sino como sobrina o hermana de tribu…
La siguiente estrategia fue el envío de
emisarios. Su hijo el ricachón y el hermanito de Constancia, Cándido Nsue
Okomo. Se reúnen una y otra vez con Bonifacio en Madrid y le exigen redactar
una carta a Obiang con sus exigencias para entrar en Guinea. Nguema redacta la
carta que nunca fue respondida.
Constancia y su hermanito abandonan la escena y
dejan todo en manos del hijo de Nguema Esono, que finalmente convence a su
padre.
El Comité de Exilio siempre estuvo al tanto de
esa situación y en una reunión, un miembro recriminó a Bonifacio el haber
admitido que su hijo y Cándido negocien con él en nombre de Obiang y de su
mujer. Si Obiang quiere negociar contigo debería enviar una representación al más
alto nivel y nos esos jóvenes analfabetos funcionales.
Juicios exprés y virtuales
Hay quienes se felicitan por la muerte de
Bonifacio en las redes sociales, recriminándole de tener manos manchadas de
sangre en tiempo de Macías. Y otros le reprochan por haber ido sin hablar de lo
que exactamente ocurrió en tiempo de Macías y de su grado de responsabilidad.
Simplemente hay que responderles parafraseando al
difunto Eloy Eló-Mvé Mbengono: el juicio de Macías aún no ha terminado, aun
cuando muchos de sus colaboradores están muriendo sin decir nada.
Sobre Bonifacio no hay que precipitarse. No ha
muerto con la boca cerra. Ha dejado a buen recaudo sus memorias listas para
publicar en el momento oportuno. Están bien protegidas en una ciudad de Estados
Unidos, donde se publicarán en su día. Cuando salgan a la luz, muchos se
quedarán con la boca cerrada.
Condolencia a hijos y familiares
El Comité de Exilio de FDR envía su profundo
pésame a la familia afligida y les anima a superar las rencillas familiares que
pudieran desatar tras la muerte de Bonifacio.
No hay motivos para mitigar la pena en esas circunstancias,
pero quienes tienen fe y esperanza les animamos a saber que la muerte de
Bonifacio tarde o temprano tendrá sus consecuencias.
Que Bonifacio Nguema Esono Nchama descanse en paz
y que Dios le acoja en su seno como cristiano devoto que era.
En el exilio, 28 de abril de 2015
LIBERTAD, JUSTICIA E IGUALDAD
EL COMITÉ DE EXILIO DE FUERZA
DEMÓCRATA REPUBLICANA