miércoles, 20 de julio de 2016

El clero católico


Por Francisco ELÁ ABEME

No sé si el clero católico guineano es consciente del daño que le está haciendo a la Iglesia Católica guineana con su alianza --no sé si estratégica-- con la tiranía.

La postura de ciertos obispos guineanos frente a la tiranía me recuerda a aquellos obispos que se adhirieron al movimiento nacional, haciendo el saludo fascista, brazo en alto, y llevando a Franco bajo palio. Además de rezar todos los días por él en todas las misas... "et ducem nostrum Franciscum".

Esta actitud es la que enconó el anticlericalismo en España. Ciertamente, los Pueblos guineanos, en relación a la Iglesia Católica, no hemos tenido la misma historia que los Pueblos de España.

Hasta ahora no habíamos tenido motivos para manifestar ningún anticlericalismo. Porque, aunque los Misioneros bendijeron las armas de la colonización y llagaron de la mano de ella, no se nos olvida a los guineanos que, gracias a la Iglesia y sus Misioneros, aprendimos a leer y a escribir, aunque fuera para poder entender a los amos que íbamos a servir.

Pero, asistir a esta extraña alianza de nuestro clero con el poder temporal, un poder que les está llevando a nuestros Pueblos por el camino del Calvario hacia Golgota, es algo que, en un próximo futuro, puede provocar el divorcio entre nuestros Pueblos y la Iglesia Católica.

Sintomático ya resulta el auge de las llamadas Iglesias cristianas, que ya han desbordado a nuestra bien conocida Iglesia evangélica guineana, que tan buenos y dignísimos pastores nos dio.

Puestos a reflexionar, mi obligación, como responsable político, es hablar de estas cuestiones que a unos les pueden parecer baladíes. No lo son. Si observan la historia verán que, a lo largo y ancho de la historia de la humanidad, nada ha dividido más a los seres humanos que la religión. Y estas divisiones no han sido ajenas a los desastres de la humanidad.

La actitud del clero católico en Guinea Ecuatorial, dejando de la mano de Dios (perdón), del Diablo, al Pueblo de Dios guineano, que gime bajo una tiranía canibalesca, puede crearnos un serio problema el día de mañana, cuando, caída la tiranía, queramos construir una sociedad laica, culta y desarrollada, pero, al mismo tiempo, escrupulosamente respetuosa con las formas de creer de nuestros Pueblos. No queremos encontrarnos con una Iglesia Católica desplazada, resentida, víctima de la indiferencia de nuestros Pueblos, por su sumisión y complicidad con la tiranía, convertida en "pepito grillo", distorsionando una labor social de un gobierno democrático, en un alarde de preocupación por la suerte de nuestros Pueblos, que ahora se le echa en falta.

En la historia de la humanidad, los hechos son constantes y tozudos. Lo que cambia es el tiempo y quizás el lugar.

La Iglesia Católica en Guinea aún está a tiempo de dejar de ser la " piedra del escándalo" para nuestros Pueblos. Aún está a tiempo de asumir su papel histórico, otorgado por el Decreto Balaguer, y ponerse al lado de nuestros Pueblos, para seguir contribuyendo como nadie en su formación integral.

Gentileza de Nguema Emaga Eyui

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