Guinea Ecuatorial elige presidente en abril, sin verdadera esperanza de cambio respecto de los últimos 40 años.
El hombre que dirige Guinea Ecuatorial desde 1979, Teodoro Obiang Nguema, convocó a elecciones presidenciales para el 24 de abril. Nada indica que el jefe de Estado más longevo de África vaya a cruzarse con grandes obstáculos en el camino hacia su cuarta reelección consecutiva, a los 73 años.
Las de abril son las quintas elecciones presidenciales del país desde que dejó de ser colonia española en octubre de 1968, durante el franquismo. Desde la primera elección, que en 1989 confirmó a Obiang en el poder, el actual presidente ecuatoguineano nunca perdió una y siempre superó el 96% de los votos en las presidenciales. Antes, en 1979, había llegado al gobierno mediante un sangriento golpe de Estado contra su tío, Francisco Macías Nguema.
En las últimas elecciones, las de noviembre de 2009, Obiang obtuvo 96,7% de los votos en medio de sospechas y denuncias de corrupción, con cifras que mostraban un apoyo arrasador hasta en los pueblos más aislados del país, donde la oposición tenía más peso.
Esta instancia es la primera que se convoca desde que el jefe de Estado reformó la Constitución, con enmiendas aprobadas por referéndum en noviembre de 2011, en las que se limitó el mandato presidencial a dos períodos de siete años cada uno, lo que le permite volver a ser candidato para un mandato que terminará en 2023, cuando cumplirá 81 años de edad y 44 al frente del país.
La población de Guinea Ecuatorial sufre desde hace tres años los efectos de su peor crisis económica, debido al bajo precio de petróleo. El país tiene la tercera mayor reserva de petróleo de África y en 2012 era el cuarto productor de barriles, según la clasificación de The World Factbook de la CIA. La economía local está principalmente enfocada en la producción de crudo, aunque el gobierno intenta ahora relanzar la casi inexistente agricultura nacional. La crisis causó el cierre de varias empresas extranjeras de construcción que operaban en el país, y llevó al despido de más de 3.000 trabajadores que ocupaban los puestos menos calificados.
Miradas opuestas
A principios de marzo, Obiang convocó a líderes de la oposición y del oficialista Partido Democrático de Guinea Ecuatorial para anunciar las elecciones, dos días después de que se publicara el número de inscriptos en el censo electoral: 332.040 (la población es de algo más de 1.200.000 habitantes). Ese gesto hacia la oposición dentro del país hizo que uno de sus líderes, dirigente de Unión Popular (UP), Alfredo Mitogo Mitogo, dijera que existe garantía de transparencia. “El proceso está yendo por un buen camino que garantiza y establece que serán unas elecciones libres, creíbles y transparentes”, dijo, según citó la agencia de noticias Efe. Mitogo Mitogo es ministro de Comercio y de Promoción Empresarial. Otros partidos de oposición e incluso algunos de sus ex compañeros de partido lo acusan de haber cedido a las presiones del gobierno y de ser cómplice de Obiang al aceptar ministerios.
La oposición está muy dividida, en particular entre quienes aceptan participar en la vida política local y quienes permanecen en el exilio.
El opositor Tutu Alicante está vinculado con el segundo sector. “En cualquier momento puede estallar Guinea Ecuatorial”, le dijo a Efehace unos días, en referencia a la crisis que alimenta el descontento de una población cuya escasa educación la mantiene en un estado de apatía.
Macías, el antecesor de Obiang, cerró las aulas en 1975 y desmanteló un sistema educativo que nunca se recuperó por falta de voluntad política. La situación en el país es “desastrosa”, tanto “política, económica como socialmente”, dijo Alicante. “Nada en Guinea Ecuatorial funciona hoy. Somos un estado fallido. Es una mafia camuflada como
Estado”, agregó.
“Todo el mundo sabe que en las elecciones de este año Obiang va a ganar con no menos de 95% de los votos”, continuó el fundador de EG Justice, una organización que reivindica su lucha por los derechos humanos, el Estado de derecho, la transparencia y la sociedad civil en Guinea Ecuatorial. El activista reclamó movilización desde el exterior y por parte de militantes y dirigentes extranjeros para lograr un cambio en su país. “No hemos llegado a la posibilidad de levantarnos por nosotros mismos”, argumentó.
Según la agencia de noticias, el país -que gracias a su gobierno militar se destacaba por su estabilidad y seguridad hasta hace algunos años- ya sufrió dos ataques terroristas y comienzan a aparecer tensiones entre diferentes facciones de la familia Obiang, que cuentan con el respaldo de milicias. “Es una situación difícil en la que cualquier cosa puede suceder”, advirtió Alicante. Sin embargo, parece poco probable que el cambio ocurra este año.
Fuente : La diaria
Las de abril son las quintas elecciones presidenciales del país desde que dejó de ser colonia española en octubre de 1968, durante el franquismo. Desde la primera elección, que en 1989 confirmó a Obiang en el poder, el actual presidente ecuatoguineano nunca perdió una y siempre superó el 96% de los votos en las presidenciales. Antes, en 1979, había llegado al gobierno mediante un sangriento golpe de Estado contra su tío, Francisco Macías Nguema.
En las últimas elecciones, las de noviembre de 2009, Obiang obtuvo 96,7% de los votos en medio de sospechas y denuncias de corrupción, con cifras que mostraban un apoyo arrasador hasta en los pueblos más aislados del país, donde la oposición tenía más peso.
Esta instancia es la primera que se convoca desde que el jefe de Estado reformó la Constitución, con enmiendas aprobadas por referéndum en noviembre de 2011, en las que se limitó el mandato presidencial a dos períodos de siete años cada uno, lo que le permite volver a ser candidato para un mandato que terminará en 2023, cuando cumplirá 81 años de edad y 44 al frente del país.
La población de Guinea Ecuatorial sufre desde hace tres años los efectos de su peor crisis económica, debido al bajo precio de petróleo. El país tiene la tercera mayor reserva de petróleo de África y en 2012 era el cuarto productor de barriles, según la clasificación de The World Factbook de la CIA. La economía local está principalmente enfocada en la producción de crudo, aunque el gobierno intenta ahora relanzar la casi inexistente agricultura nacional. La crisis causó el cierre de varias empresas extranjeras de construcción que operaban en el país, y llevó al despido de más de 3.000 trabajadores que ocupaban los puestos menos calificados.
Miradas opuestas
A principios de marzo, Obiang convocó a líderes de la oposición y del oficialista Partido Democrático de Guinea Ecuatorial para anunciar las elecciones, dos días después de que se publicara el número de inscriptos en el censo electoral: 332.040 (la población es de algo más de 1.200.000 habitantes). Ese gesto hacia la oposición dentro del país hizo que uno de sus líderes, dirigente de Unión Popular (UP), Alfredo Mitogo Mitogo, dijera que existe garantía de transparencia. “El proceso está yendo por un buen camino que garantiza y establece que serán unas elecciones libres, creíbles y transparentes”, dijo, según citó la agencia de noticias Efe. Mitogo Mitogo es ministro de Comercio y de Promoción Empresarial. Otros partidos de oposición e incluso algunos de sus ex compañeros de partido lo acusan de haber cedido a las presiones del gobierno y de ser cómplice de Obiang al aceptar ministerios.
La oposición está muy dividida, en particular entre quienes aceptan participar en la vida política local y quienes permanecen en el exilio.
El opositor Tutu Alicante está vinculado con el segundo sector. “En cualquier momento puede estallar Guinea Ecuatorial”, le dijo a Efehace unos días, en referencia a la crisis que alimenta el descontento de una población cuya escasa educación la mantiene en un estado de apatía.
Macías, el antecesor de Obiang, cerró las aulas en 1975 y desmanteló un sistema educativo que nunca se recuperó por falta de voluntad política. La situación en el país es “desastrosa”, tanto “política, económica como socialmente”, dijo Alicante. “Nada en Guinea Ecuatorial funciona hoy. Somos un estado fallido. Es una mafia camuflada como
Estado”, agregó.
“Todo el mundo sabe que en las elecciones de este año Obiang va a ganar con no menos de 95% de los votos”, continuó el fundador de EG Justice, una organización que reivindica su lucha por los derechos humanos, el Estado de derecho, la transparencia y la sociedad civil en Guinea Ecuatorial. El activista reclamó movilización desde el exterior y por parte de militantes y dirigentes extranjeros para lograr un cambio en su país. “No hemos llegado a la posibilidad de levantarnos por nosotros mismos”, argumentó.
Según la agencia de noticias, el país -que gracias a su gobierno militar se destacaba por su estabilidad y seguridad hasta hace algunos años- ya sufrió dos ataques terroristas y comienzan a aparecer tensiones entre diferentes facciones de la familia Obiang, que cuentan con el respaldo de milicias. “Es una situación difícil en la que cualquier cosa puede suceder”, advirtió Alicante. Sin embargo, parece poco probable que el cambio ocurra este año.
Fuente : La diaria
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