El supuesto, lo de supuesto tendrá aclaratoria líneas más abajo, cura Juan Daniel Meñe condenado a 4 de cárcel por violar una mujer podría haberse fugado de la justicia española, porque hay fuentes de toda solvencia que señalan haberle visto en Guinea Ecuatorial;valiéndose de un salvoconducto en la Embajada,Madrid
El día 17 de los corrientes la audiencia de zaragoza condenaba a cuatro de prisión al "sacerdote" Daniel Mañe Esono por haber violado a una mujer mientras esta dormía la mona, borracha.
Según el diario Público,los hechos sucedieron el 31 de enero del año pasado. Esa noche, el cura, de origen guineano y destinado en Portugal, fue con un amigo que le había invitado a pasar unos días en Zaragoza a la casa de una amiga de este. Cenaron, bebieron vino y, entrada la noche, Meñe se fue con una prima de la anfitriona a una discoteca cercana, en la que esta "consumió en abundancia bebidas alcohólicas que le produjeron una intoxicación etílica aguda", narra la sentencia.
Sobre las cinco de la mañana, un exnovio de la chica, al ver su estado, se ofreció para llevarla a casa de su prima. "Era tal el estado de etilismo en el que se encontraba que la tuvieron que subir al piso entre los dos, ya que por ella misma no podía sostenerse", señala el tribunal.
Tras acostarla e irse a su casa el exnovio, el cura "entró en la habitación donde dormía" la joven y, "aprovechándose del estado de embriaguez en el que ésta se encontraba y debido al cual dormía en un estado de inconsciencia casi plena, y con ánimo de satisfacer sus apetitos libidinosos, se tumbó en su cama y, tras realizar varios tocamientos, la penetró vaginalmente realizando con ella el acto sexual completo".
Oculto tras la puerta de la víctima
Media hora después, la prima y su marido, a los que el sacerdote había dicho que iba a preparar una bebida para combatir las resacas, sorprendieron al sacerdote en la habitación en la que dormía la joven. Les extrañó que no salieran ruidos de la cocina. Y también que no se le viera en ninguna dependencia de la casa. Lo hallaron oculto tras la puerta, mientras la joven continuaba en la cama, tapada con una colcha.
Él les dijo que había ido a llevarle la bebida, pero no había rastro de ella. Y no contestó cuando le preguntaron si la joven le había dado permiso para entrar. Unos minutos después se levantó esta, la cual, al descubrirse desnuda de cintura hacia abajo, comenzó a preguntar quién le había quitado la ropa. Esa misma mañana, los médicos del hospital Clínico hallaban en su vagina restos de semen que resultaron ser del cura.
Él negó inicialmente que hubiera violado a la chica, versión que acabaría cambiando por la de unas relaciones consentidas (en el juicio dijo que ella le había incitado). Sin embargo, la víctima no tenía conciencia de haberlas consentido.
Sin capacidad de reacción ni de defensa
Los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia de Zaragoza consideran la versión de la víctima, representada por la abogada Pilar Bernabéu, creíble, verosímil, persistente, desinteresada y sincera. Además de verse corroborada por otros testimonios.
Uno es el del forense que la atendió esa misma mañana, que ratificó que "presentaba síntomas claros de un estado de post ingesta etílica masiva" y que añadió que, en esa situación, entre las cinco y las seis de la mañana se encontraría "en el periodo más álgido [de los efectos del alcohol] que es el de sueño profundo". Otro es el de la prima, que recordó que "la acostaron dejándola en la cama vestida e inconsciente".
Los jueces concluyen que, cuando fue atacada sexualmente,la joven "tenía sus facultades intelectivas y volitivas, si no anuladas del todo, sí muy mermadas de manera que le imposibilitaba cualquier tipo de reacción defensiva ante la agresión de la que fue víctima".
La sentencia prohíbe al cura acercarse a menos de cien metros de la chica y mantener cualquier tipo de comunicación con ella en seis años, además de condenarle a indemnizarla con 3.000 euros por los daños morales que le causó.
La aclaratoria
Según otros curas que ejercen en España,y en "honor a la verdad, fue ordenado diácono en Malabo por el Monseñor Ildefonso, luego fue expulsado por comportamientos parecidos. Se fue a Portugal y luego pasó por Zaragoza. Va diciendo que es sacerdote pero, es diácono".
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