EN ESTA TENEBROSA CÁRCEL DE BLACK BEACH SE ENCUENTRA FLORENTINO AHORA
¿Amigos o Enemigos?
Una detallada observación del comportamiento de los miembros de las FAS hace pensar que se han formado con manuales que dicen cosas alarmantes como: Tú eres militar y nada más; los únicos que están sometidos al imperio de la ley son los civiles; obedecerás órdenes de tus superiores pero se te comunicará, en su momento, de qué superiores nos referimos; los enemigos de este país son nada más ni nada menos que los mismos ciudadanos; un general no pide perdón; perseguirás a opositores todos los días de tu vida, etc. Podríamos continuar hasta reproducir, en su integridad, el manual de instrucciones que parecen seguir a rajatabla los miembros de las FAS. Podríamos ir más lejos: hasta que nuestro país empieza a experimentar ataques armados, con fuego real, del exterior, en 2008, nuestras fuerzas armadas parecen muy convencidos de que su misión principal es amargar a los vecinos. Otro mayor logro de las FAS es el envenenamiento de la relación entre los civiles y militares en nuestro país: cada vez que se ha torturado, asesinado o secuestrado a uno de nuestros ciudadanos, ha sido siempre gracias a los buenos oficios de los miembros de las FAS. Todo lo que hacen para nosotros es negativo. Y lo que nos hace pensar que esos señores necesitan ayuda es el hecho de que tampoco notamos algo bueno que hacen por ellos mismos. Sabemos que todos viven mal y que si un militar ha conseguido levantar cabeza es porque es del clan gobernante. Alguno podría decir que los militares se sacrifican patrullando nuestras ciudades, de día y de noche, bajo sol y bajo lluvia; esas patrullas, esas barreras, sin embargo, son para nosotros unas verdaderas pesadillas. Lo cual nos hace pensar que militares y civiles deben sentar las bases para una mejor relación y dejar de imaginarse que vivimos en el Engong, donde reina la represión, la magia y la brujería.
Los militares de nuestro país no parecen saber que, antes de ser militares, son, primero y fundamentalmente, ciudadanos de nuestro país. Es más, deberían ser hasta ciudadanos ejemplares. Al no tener claro este concepto, en Guinea Ecuatorial, los ciudadanos parecen, efectivamente, vivir en dos repúblicas: los civiles en una y los militares en otra. Entonces, cuando los militares se encuentran en apuros o en un aprieto, no reciben nuestro apoyo como civiles. ¿Qué hacemos? Los ridiculizamos, exageramos sus deficiencias y maliciosamente omitimos lo bueno que pudieron haber hecho por el bien común. ¿Y por qué? Sencillamente porque no hay un solo ecuatoguineano que no se acuerda de una buena paliza recibida de un miembro de las FAS o de un grupo de ellos o por lo menos, presenciar impotente cómo la recibe su vecino, su padre o un compañero de partido, etc. Por ejemplo, un conocido criminal callejero, llamado Pelé (es un alias), recién salido d la cárcel, después de sobornar a un militar, reconoce en pleno ferial, en Malabo, a un sargento de esos que no le dejaban dormir en la cárcel. El sargento estaba de paisano. Pele se une con un amigo y por poco lo matan de paliza, ante un público de civiles gozando como enanos, viendo cómo corría la sangre del militar que, más encima, estaba medio borracho.
Como consecuencia, la relación entre civiles y militares está en sus mínimos y ninguna fuerza armada del mundo puede permitirse el lujo de no mantener una buena relación con los civiles. Deben entender los mandamases de las FAS que los civiles son para ellos la columna vertebral; puede no ser así en tiempos de paz, pero cuando las cosas se complican, los militares, sin el apoyo de los civiles, no son nada. A los militares guineanos hay que decirles la verdad: un militar construye canales, puentes y caminos; construye, equipa y mantiene hospitales; participa con otros en trabajos de investigación, en campos como la ingeniería, la medicina; estudian la geografía, topografía orografía, la geología, el clima y la fauna de su tierra; por lo menos, pilotan y mantienen sus propios aviones y helicópteros; escriben sus propios libros y también estudian leyes. Ser militar es una profesión noble; ensañarse con los civiles no lo es. Si estamos de acuerdo con esos principios de base, luego, es muy urgente para los mandos de las FAS y para los aspirantes a esa noble profesión, buscar la reconciliación entre los civiles y militares en Guinea Ecuatorial. Eso se consigue aplicando los mismos principios que aplicaríamos si buscáramos mejorar nuestra relación con el vecino.
En su trato con los civiles u otros militares, los mandos de las FAS deben tener en la mente que los seres humanos somos muy egoístas, solo prestamos atención cuando te ocupas de nuestras necesidades. A los militares les debe sobrar tiempo y dinero para llevar a cabo acciones dignas de elogio: ir a los poblados en son de paz, y jugar partidos de football; meterse, de vez en cuando, en los barrios y poblados a dar de comer a los necesitados, repartiendo ropa, bocadillos, agua potable a la población que lo pasan canutas; subastar todo aquello que ellos no necesitan. Fomentar con seriedad castrense el deporte nacional, que está por los suelos; Enseñar informática o dar clases particulares, gratis, a todos los niños, aunque sea solo los veranos. A los humanos nos gusta que se nos trate de forma especial. En las FAS no hay ninguna actividad conocida en la que pueda participar un civil y ganar algo; necesitan una radio-televisión para recabar y divulgar conocimientos, premiar a los civiles y militares que más colaboran en los proyectos de las FAS y, por una vez por todas, dejar de actuar como si fueran una sociedad secreta que nada tiene que ver con los civiles.
Cada vez que los mandos las FAS deban tratar con los civiles u otros militares deben tener presente que cada ser humano, sea de la etnia que sea, de la tribu que sea, de la nacionalidad que sea, todos queremos un futuro mejor; así que al hombre hay que darle esperanza, no paliza. Cada ser humano quiere tener éxito. Un líder, digno de ese apelativo, solo se dedica, y con pasión, a ayudar a los demás, a hacer realidad sus sueños o por lo menos intentándolo y no dedicar toda una vida a frustrar las aspiraciones de los demás. Decía Albert Einstein que una de las cosas de las que estamos seguros es que el hombre está aquí (en la Tierra) para los demás. Para tener una idea del valor que tienen, para nosotros, las relaciones humanas, veamos lo que le ocurrió a un padre y su hijo Paco en España. Paco y su padre se llevaban muy mal, pues, el adolescente decide huir de casa; el padre inicia un largo viaje en su busca; en Madrid, como último resorte, el hombre pone un anuncio en un periódico local que decía:
“Querido Paco, encuéntrame mañana, al mediodía, frente a la oficina del periódico… todo está perdonado… Te quiero.
Al día siguiente, al mediodía, frente a la oficina del periódico, había más de ochocientos hombres, de nombre Paco, con el deseo de reconciliarse con alguien.
(The Capitol Of The World de Ernest Hemingway, Premio Nobel de la Paz).
De forma sistemática, en nuestro país, se ha subestimado el valor de las relaciones humanas en nuestras vidas. Un ejemplo cercano de alguien que pareció haber entendido lo importante que es una buena relación entre los civiles y militares es el camerunés Jean Paul Zé Bella, dirigente del grupo Zangalewa. ¿Quién no se acuerda de quand je pousse á gauche, toi- tu opuse á droite, en la subregión? ¿O de la inolvidable voz de Annie Anzouer en maladie dificile…? Resulta que en 1986, Jean Paul Zé Bella siendo, en Camerún, miembro de esa terrible organización conocida como Guardia Presidencial, tuvo la idea original de cambiar la percepción de los ciudadanos hacia los militares; casi convierte la banda musical de la Guardia Presidencial en una escuela de música, con sus títulos bien originales, en los que utilizan el argot que utilizaron los veteranos cameruneses de la Segunda Guerra Mundial (como la palabra Zangalewa, una deformación del Ewondo zá nga luéo vá?); disfrazan a los militares de payasos; utilizan cascos coloniales y pasan todo el tiempo mofándose de ellos mismos. Eso parece tener un efecto muy positivo en la población y el acercamiento entre civiles y militares se mejoró de forma jamás pensada. Todo no acabó allí: hasta hoy las fuerzas armadas en Camerún tiene el hábito de animar fiestas populares y cuando la FIFA encarga a Chakira componer el himno oficial del mundial 2010 en Africa del Sur, entre todas las canciones del mundo, la artista (de fama planetaria) se inspira en Zangalewa y llama su canción Waka Waka. En 2010, Jean Paul Zé Bella llevaba ocho años retirado y viviendo en la miseria absoluta, después de treinta años de servicio a su querida patria. Un amigo le llamó desde Francia para preguntar si sabía que su canción era el himno oficial del Mundial. En uno de sus comentarios posteriores a la BBC, Jean Paul Zé Bella, no se atribuye solo los méritos de Zangalewa, sino, dijo, que la canción era patrimonio nacional militar para su país y aprovechó la ocasión para recordar a Annie, a su colaborador Dooh Kingué y a todos los militares que hicieron realidad su idea. Una verdadera lección de liderazgo.
Me encontraba en la ciudad de Luba con una pandilla de amigos llamada J20, eran mediados de de la década de los noventa, era verano, todo el mundo estaba de vacaciones; y ya me sorprendía entonces la actitud antisocial de nuestros militares. Vinimos de Malabo con un programa que incluía funciones de teatro, música, partidos de football y de baloncesto, concursos premiados por nuestras contribuciones, etc. El plan era impresionar a los jóvenes de Lubá y, al mismo tiempo, pasarlo bien. Una de nuestras prioridades, nada más llegar, era hacer saber a la población que J20 estaba en la ciudad. Nos pusimos a inundar la ciudad de pegatinas para atraer al máximo a la población de Lubá. No éramos muy conscientes del momento en el que atravesábamos y en eso estábamos cuando nos rodean militares, queriendo saber, y con cara de pocos amigos, el por qué de los posters ante el campamento militar y sus alrededores. Querían saber de qué partido político se trataba y quién era nuestro líder allí en el momento. Teníamos en los bolsillos las autorizaciones pertinentes de los que mandaban en Lubá, los mostramos y al convencerse de que no éramos políticos, bajó la tensión y en un triste sarcasmo uno de ellos, armado hasta los dientes, nos dijo: nosotros no hacemos teatros, solo entendemos de ¡pao, pao, pao, pao! ¿Entienden ustedes lo que quiero decir?
Con el tiempo los miembros de las FAS en nuestro país se han hecho muy famosos con despropósitos como esos. No conozco ni he oído hablar de ningún miembro de las FAS de nuestro país que haya dicho o hecho algo que contribuya a la buena convivencia entre civiles y militares; todo lo contrario, se han empeñado más en dividir. En los momentos más difíciles de la dictadura, una época en la que los militares estaban realmente tambaleando, sin saber muy bien cómo dirigir este país a buen puerto, deciden concertar una reunión. Cuando empieza el mes de mayo de 1983 la cúpula del poder parece estar dividida, con diversidad de opiniones sobre cómo habría que gestionar la cosa pública. El día 7 se reúnen altos cargos militares y civiles de Mongomo con el presidente Teodoro Obiang Nguema a la cabeza. El propósito es discutir la fea situación económica y discutir también la fea situación política. La gente reunida tenía muy poco que decir sobre la economía o lo que habría que hacer para mejorarla pero se dividieron claramente cuando se trató de ver la posibilidad, sugerida por algunos, del retorno y dialogo, para una salida a la crisis, de la oposición democrática. Los todo poderosos Fructuoso Mbá Oyana, tío de Teodoro Obiang, y el director general de seguridad, Isidoro Eyí Mosuy Andeme y otros, tomaron posturas intransigentes, llegando a sugerir que todo lo que se merecían los opositores (civiles) al régimen era una buena ración de plomo. Este parece haber sido el preludio del malestar que condujo al famoso “golpe” del sargento Venancio Micó.
Cuando se trata de las FAS, uno parece haberlo visto y oído todo pero no. En la ceremonia de apertura del año judicial 1993, siendo Eloy Eló Fiscal de la República, se sacó un discurso de la manga que no tenía nada que ver con lo que la dictadura le tenía preparado. Habló de cómo, en Guinea Ecuatorial, no se daba a César lo que es de César, de cómo algunos se apoderaban y vendían propiedades que no eran suyas, en resumen, que el tema de la Justicia en nuestro país era una pena. Todo eso no en la Radio Exterior de España o en la página web de ASODEGUE, sino en las narices de la dictadura. Teodoro Obiang y los suyos parecieron escuchar a Eloy con una paciencia oriental, sin entender muy bien el por qué la traición debía venir de Eloy, dado el currículum dictatorial de ese singular abogado. Eloy Eló fue el abogado “defensor” de Macías. Los testimonios de allegados del anterior dictador insisten que la ejecución del Presidente fue una gran traición familiar. Aunque en voz baja, la muerte de Macías se ha comentado mucho en los últimos años. Se sabe hoy que el abogado “defensor” del Incansable Trabajador, quien inmediatamente después del juicio, pasó a ser el asesor jurídico del Consejo Militar Supremo durante todo el tiempo que duró, se había empeñado mucho en convencer al Gallo Rojo para que mantuviera la calma en el juicio porque no se le iba a ejecutar. Los familiares también saben que Teodoro Obiang Nguema visitó a Macías en Black Beach e hizo un trato que favorecía mucho al Incansable Trabajador. El juicio era necesario pero no hacía falta citar nombres (lo estaban engañando) y no dejó de recordar a Macías quién era ahora el Presidente. Sí, no lo podían entender. En 1988 fue el mismo asesor jurídico de la dictadura, Eloy Eló, quien pasó por Madrid para presentar y defender el Partido Unico Nacional, en angrama PDGE. Teodor Obiang aún se acordaba de las palabras de Eloy grabadas en un periódico español de la época: “Puesto que nuestra estructura social, basada todavía en etnias y clanes, no puede aguantar el pluralismo político”. Como todo lo que empieza, el discurso de Eloy terminó y el Presidente no pareció inmutarse. Para disimular se monta otra comisión inútil en el acto para constatar los hechos que denuncia el fiscal y hacer un informe para el Presidente.
Aquella misma tarde Eloy empieza a recibir amenazas de muerte. En pocos días, Malabo se vuelve demasiado candente para el fiscal y decide coger el sendero que lleva al exilio. Eloy estaba ya en el avión, en el aeropuerto de Malabo, cuando fue abordado por el entonces Secretario general de la seguridad, D. Manuel Nguema Mba en compañía de otros sicarios de la seguridad. A punta de pistola, lo bajaron del avión y pronuncia Nguema Maba su tristemente famosa frase la pistola corre más que la ley. Una frase que parece haber inspirado mucho a las fuerzas armadas en Guinea Ecuatorial, a la hora de tratar a los civiles, dadas las fanfarronadas que nota uno, a la primera, en su comportamiento, gestos y frases; en cuanto uno entra en contacto con uno o un grupo de ellos.
Si a unas fuerzas armadas hay que recordarlas solo por la paliza que son capaces de dar, está muy bien, es incluso un orgullo, si las palizas se suministran a todo aquel que trabaja en contra de los intereses del país de dichas fuerzas. Lo que hace que nuestro caso sea un problema es que no tenemos recuerdo de una buena paliza suministrada por nuestras FAS a un enemigo real, pero sí tienen fama de ensañarse contra la población civil. Nuestra propia historia debe servirnos de lección. En su defensa, el presidente Macias Nguema Biyogo no dejó de repetir, una y otra vez, que él nunca fue jefe de cárcel..., haciendo referencia a los horrendos crímenes cometidos por las FAS en las cárceles del país durante su mandato, pero, ¿quién le hizo caso? Nadie. Nadie, porque alguien debe pagar, de alguna manera, por todos esos actos que han traumatizado a miles de nuestros ciudadanos, para no decir todos, ya que hasta los mismos torturadores están también traumatizados. Y, jamás, nadie ha estado mejor colocado, para pagar los platos rotos de la injusticia social que los responsables civiles y militares.
La importancia de la buena relación entre civiles y militares se hace más que patente durante los atracos a los bancos de Bata, a principios de diciembre 2008 y la entrada de los misómobo en el palacio presidencial, el 17-F del 2009. En el ataque a la Société Générale de Bata, el día 6 de diciembre de 2007, cosas de la vida, la mujer que parecía dirigir el grupo de asaltantes que entraron en el banco, aplicó una llave de lucha fang a un famoso fanfarrón de las FAS, un conocido torturador de civiles, en la ciudad de Bata. Como consecuencia de la llave, el hombre aterrizó y la mujer le puso un pie en el cuello inmovilizándole a lo largo de toda la operación. ¡Y estaba descalza! Al ver de quién se trataba, los comentarios que se generaron, después, eran muy decepcionantes: absolutamente nadie se puso a pensar que lo que le había ocurrido al militar podría haber ocurrido a cualquiera, no. Lo que es peor, los comentarios indicaban que, aun estando en condiciones de poder ayudar, los civiles habrían preferido ver morir a su compatriota en manos de la extranjera, antes de echarle una mano. Nunca los guineanos se habían reído tanto de una de sus propias instituciones. El muadjang no pudo ni morder a la mujer, oías por todas partes.
Al final de aquel mes coincide con el discurso de fin de año del presidente de la república. Nunca le habíamos oído reprochar nada (abiertamente) a los miembros de las FAS. Les dijo que estaban los generales más preocupados por sus negocios privados que sus responsabilidades para con la nación. Prometió que tomaría medidas pero todo siguió como antes. Sin embargo, los ecuatoguineanos, por su parte, habían aprendido que sus fuerzas armadas no eran tan fuertes como aparentaban y que tarde o temprano nos íbamos a llevar una sorpresa de las más grandes. Solo pasa un año y ocurre lo del palacio presidencial. El general Manuel Nguema Mba, ya Ministro de la Seguridad Presidencial, llamó, en medio de los intensos tiroteos, para decir que estaba en un lugar seguro, cuentan los testigos. El kongosá, sin embargo, parece tener información que indican que el lugar seguro donde se hallaba el general era debajo de su cama. Y esos rumores se extendieron tanto que la vergüenza era demasiada para el general. Está claro que hubo problemas de coordinación entre el general Nguema Mba y su gente pero lo de debajo de la cama indica claramente que la relación entre los civiles y nuestras FAS no van bien. Hay una falta de confianza enorme y no porque lo digamos nosotros, esta falta de confianza está reflejada en todos los niveles. Solo es cuestión de mirar fijamente la cara del Presidente, por ejemplo, para darse cuenta de que se siente más seguro al lado o en compañía de mercenarios que de su propia gente. Esta es la mayor indicación de que hay algo que no cuaja en nuestras FAS.
Los ciudadanos ecuatoguineanos no tienen ningún interés en unas fuerzas armadas así. Por eso, cada vez que tienen la oportunidad, los humillan, los desacreditan, los sabotean y no hesitarían en poner en peligro la vida de un miembro de las FAS, estamos hablando muy en serio. Y lo que es aún peor: si alguna vez algún miembro de las fuerzas armadas llevara a cabo una acción digna de mención, los ecuatoguineanos no dudarían en tergiversar la situación o los hechos. Los militares parecen vivir en su propia república y los civiles en la suya. Seguramente los miembros de las FAS ni se enteran, pero aquí, civiles y militares, la guerra será un día total si no se pone remedio a esta situación, re-orientando a los miembros de las FAS y a los traumatizados civiles también. La reconciliación entre civiles y militares es necesaria en Guinea Ecuatorial. La enemistad entre fuerzas uniformadas y la población civil debe acabar. No hace más que debilitarnos o entorpecería cualquier estrategia puesta en marcha para la defensa de la patria. Hay que decir a los militares que, en caso de una agresión seria, los civiles son el apoyo principal de los militares.
Hoy en día, en nuestra sociedad, lo que se nota es lo contrario. Llámenlo falta de patriotismo o falta de civismo, pero la realidad es esta: agrede a las FAS de Guinea Ecuatorial y la reacción de la población civil es: nos mofamos de nuestros soldados, los ridiculizamos en público, decimos todo lo peor de ellos, omitimos o nos callamos lo bueno que hayan podido realizar para que podamos dormir tranquilos, etc. Un pueblo, incluido los pequeños, es invencible solo cuando están unidos. Los pensadores militares ecuatoguineanos, los desconocemos, por cierto, pero deben ponerse, a partir de ahora, a hacer sus deberes para hacer posible una sincera reconciliación entre civiles y militares. Las fuerzas Armadas deben diseñar un programa encaminado a preparar a sus jefes.
Nos encontramos con un tipo uniformado en Facebook y había expuesto gustosamente todas las fotos de su formación en Marruecos y parecía feliz. Nos pusimos en contacto con él explicándole nuestro interés sobre asuntos militares para la mejor composición de este artículo. También le dijimos que nos alegraba haberle conocido porque en caso de que, por su rango o por la poca experiencia (era joven), no pudiera responder a alguna de nuestras preguntas, podría conectarnos o dirigirnos a algún militar experimentado que lo hiciera. Hasta la fecha seguimos esperando la respuesta del tipo. Una falta clara de la noción de liderazgo en el cuerpo. Nuestros militares deben dejar de huir de todo lo que tiene que ver con la sociedad porque ellos mismos son parte de ella. Necesitan una página web y un sólido foro en el que pueda haber interacción entre civiles y militares. Hay que decir al militar que se espera de él llevar, en la sociedad, una vida modesta y humilde, ya que en su vida profesional, el aliado número uno que tiene no es su fusil sino la sociedad civil. Lo contrario nos pone en situaciones que, como país, nos debilitan, en caso de una agresión seria. Si percibimos al militar como enemigo y viceversa ocurren situaciones que no se pueden describir. Alguien debe hacernos el favor de decirles que deben dejar ya de actuar como si fueran enemigos del pueblo.
CONTINUARÁ...
Un colaborador
ANONIMO : El ejercito como cuerpo militar y jerarquizado que es,al estar a manos de incompetentes,como tal se les conoce.La falta de promocion a quienes de verdad sienten y conocen la milicia asi como el amiguismo y los ascensos a dedo dan como resultado esto que tenemos,la falta de sintonia con los civiles aparte del recelo por su ultimo papel en la historia del pais se debe a la poca comunicacion y conocimiento que se tiene respecto a ell@s.
ResponderEliminarSi dejasen de ser tan hermeticos como corruptos y colaborasen con la poblacion al igual que ves a los cuerpos de otros paises en temas como catastrofes naturales,coordinacion de actividades e incluso jornadas de puertas abiertas otro gallo cantaria.
Otro tema importante es la formacion,si no hay un nivel minimo de formacion para acceder,al ser tan pobre el tejido basico de tropa el nivel se estanca y un militar ha de ser algo mas que un automata que sepa disparar y hacer cuerpo a tierra,porque en caso de abandonar el oficio ha de encontrar otra salida digna para poder ganarse la vida tras su paso por los cuarteles.
Hace falta mucho para que volvamos a respetar,que no temer,a nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del estado,y la policia tambien corre el mismo destino de exclusion que los militares por su penosa labor.
PD: gloriosa la mencion a Jean Paul Zé Bella en el articulo.
ANONIMO (EEUU):El Militar es el pueblo uniformado, parte inseparable del pueblo,algunos eminentes militares han demostrado gue el pueblo es el gue envia al Militar para defenderles, mientras
ResponderEliminarrealizan proyectos de desarollo,por gue en caso de guerra este pueblo se entrega a la defensa de la nacion ejemplo en 3 de Agosto si no fuera apoyo del pueblo, no hubiera tenido
exito el golpe,la politica de Defensa la programa los Politicos en una democracia, los generales los elecciona el senado o congreso entre Coroneles, con ejemplaridad, competencia
y disciplna,ahora el Ejercito de Guinea es de tipo Fascitoide,gue el Genral asesino Obiang Nguema da doctrina de gue el pueblo gue piensa diferente a su manera de ver el mundo
son enemigos de la nacion,ahora guiero pedirles un gran favor de gue hagan escritos diciendo alos guineanos de gue cada ciudadano tiene un pariente gue es militar ya sea hijo,
yerno ,suegro, primo etc gue apartan en sus corazones a Obiang Nguema y su familia, caso de una eventualidad gue no defienden al General Obiang por gue ha guemado a la
Bandera Naional gue es alto honor del militar, al violar la Constitucion gue el mismo diseno, ya perdio la legitimidad, a demas es asesino el Militar asesino es un delincuente comun
vayen pasando octavillas por vuestros anuncios de gue los Militares deben acatarse a las nuevas ordenanzas militares gue muchos paises del mundo dan a las fuerzas armadas de
gue las ordenes malas dadas no se pueden obedecer, GULLERMO TEL La Rebelion ante la injusticia, si el general viola la ley fundamental en decretar un vicepresidente gue no le
faculta la constitucion ya esta fuera de la ley vayen alistandose secretamente en organizaciones de defensa de los derechos humanos.Saludos adelante.