UVINGUA
Entre los
pueblos playeros de la Guinea Ecuatorial, especialmente en Mbini, corre de boca
en boca que, en un pasado muy lejano vivía un hombre llamado Uvingua en la
aldea costera con su magna familia.
Era un hombre
muy trabajador, y por tal razón acumuló gran fortuna. Cuando en las demás
aldeas no había cosecha alguna, Uvingua les prestaba semillas y víveres. La riqueza y la bondad de Uvingua hicieron
eco por todos los confines de la región; y empezaban a llegar gente de toda
parte a trabajar en las grandes extensiones de este señor. Pero la ambición de
los nuevos huéspedes fue tal que no se conformaban con el buen salario que les
ofrecía. Tomaron, en una reunión secreta, la determinación de apoderarse del
pueblo y matar a Uvingua. Y no tardaron en cumplirlo. Uvingua fue asesinado en
una noche muy tormentosa y su cadáver fue encontrado en las arenas del mar.
Todos lloraron por la muerte del gran hombre, incluso sus propios asesinos.
Días después,
mataron a todos los hombres fuertes de la aldea, y se quedaron ellos con el
pueblo, las mujeres y los niños. Luego de muchos años, casi todo el mundo se
había olvidado el nombre del gran Uvingua; pues los nuevos dueños habían
prohibido a la gente volver a hablar de él.
Sólo Madiba, el hombre más viejo del pueblo,
borracho, sin techo ni hijos, seguía hablando de Uvingua, cuando se encontraba
o muchos jóvenes o los niños reunidos, les contaba las historias de Uvingua y
les decía: “Algún día volverá y recuperará sus bienes y su pueblo”.
En una noche, mientras el entonces jefe
del pueblo de Uvingua estaba descansando en la orilla del mar, bajo el gran
Egombegombe, divisó desde lejos la figura de un hombre vestido de blanco, con
las manos tendidas en forma de una cruz. La figura se aumentaba de estatura
cada vez que se acercaba al jefe, lo cual obligó al hombre enderezarse para ver
mejor lo que sucedía. Pero en estos instantes desapareció la figura.
Cuando el nuevo jefe y uno de los
conspiradores de la muerte de Uvingua se disponían a abandonar el lugar por el
susto, el hombre vestido de blanco ya se encontraba frente a ellos. El jefe no
conseguía describir su rostro; puesto que sus ojos eran brillantes como el
mismo sol; no pisaba el suelo, era más alto que el Egombegombe, y su voz era
como el trueno. El jefe gritó lo más fuerte que pudo, pero nada, nadie
escuchaba sus gritos, ya que Uvingua tragaba sus gritos para que no tuvieran
eco. El jefe se puso a correr, pero parecía que no lo hacía, pues un paso suyo
equivalía a un paso de Uvingua.
El jefe perdió la voz. Llegados cerca de
las casa, Uvingua regresó. Y al final el jefe pudo gritar: “¡Uvingua!,
¡Uvingua!”
Mucha gente se acercó, cogieron al jefe
y no creyó en él; salvo los jóvenes y los niños que habían escuchado los
comentarios de Madiba. El número de apariciones de Uvingua creció, y comenzó a
matar a los ocupantes de su pueblo, hasta que los pocos que quedaban, tuvieron
que abandonar el pueblo.
Desde entonces Madiba recuperó la
conciencia y fue elegido jefe del pueblo. Y a partir de aquel día nadie volvió
a ver a Uvingua, y ese nombre era mencionado para asustar a los jóvenes
perezosos, traviesos, miedosos y niños llorones.
el ovengua si exsiste en todo mbini sobre todo en la parte ndowe llamale combe benga balengues del ovengua que os referis esta destinado en cabo san juan por un parto solo lo saven las tradiciones ndowe de mbini es un fantasma poreso no se ve las piernas tampoco se le puede mirar alos ojos de sol que tine porque es un ovengua viejo que suele volver para vengar cuando asen mucho daño a su pueblo se le llama ovengua cuando aun no es viejo el alto y largo vestido de blanco midiendo cada ves mas poque ya hera viejo y en este caso se le llama modionche poreso cuando chia uno aunque estes con otra persona no ciente tus chillido .todoloque se a escrito no es ni una leyenda fue veridico y hoy en dia exsiste y puede que vuelva con tanto0 sufrimiento ,besasoso radio makuto chao
ResponderEliminarInteresante. En la vida real no ha vuelto Ivungua sigue descansando esperando el momento oportuno para volver. Mientras tanto sus hijos siguen escuchando las historias del anciano. Gracias Macuto por compartir la historia.
ResponderEliminardelfin mocache un apellido potente donde los aya sobre todo en nuestara etnia
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