LA VAGINA
TRAICIONERA
Cuento Annobonés
En un pueblo vivía una pareja que tenía
cuatro hijos, dos varones y dos mujeres. Todos se casaron excepto una de las
hijas, la cual no soportaba convivir con ningún hombre por cuanto que llevaba
una vida desordenada.
Un día, un hombre le propuso el matrimonio
y aceptó como es habitual en ella, siempre que un hombre se le ponía delante.
Aunque los amigos del hombre le
aconsejaron no llevar a cabo su propósito porque la mujer era una cualquiera,
el hombre decidió llevar a cabo su propuesta.
Una vez casados, la mujer no abandonó su
vida desordenada; los días que su marido iba a la pesca nocturna, ella llevaba
a otros hombres a su casa. Esta situación se repetía cada vez que su marido iba
a la pesca. Y los amigos del marido, no dejaban de hacerle saber la situación.
Un día, el marido decidió descubrir quién
era el hombre o los hombres que se acostaban con su mujer durante sus ausencias
nocturnas. A la noche siguiente, tomó los instrumentos de pesca, se despidió de
su mujer que se iba a la pesca; fue a la playa, pero no salí a faenar en el mar. Más tarde, volvió a casa sin que se diera
cuenta su esposa, ocultándose dentro de la casa. Minutos después llagó el
hombre con el que su mujer le traicionaba. La mujer fue al patio y cortó un gran
racimo de plátano que había allí, mató el gallo más grande que su esposo
criaba, los cocinó y los consumió con su amante, más tarde se metieron a la
cama y gozaron del amor.
Después de todo, el amante salió y fue a lo suyo. El
esposo salió silenciosamente de la casa y volvió a Vidjil. Tomó las
herramientas de la pesca y las remojó en el mar como si hubiera salido de pesca.
Regresó
a casa gimiendo como si estuviera enfermo. Y se metió de inmediato en la cama.
Una vez en la cama, posó la cabeza sobre los muslos de la mujer, y de repente
exclamó: ¡Qué dices vagina! ¿Que un hombre estuvo aquí durante mi ausencia? ¡¡Siiií!!
Y entonces ¿Qué pasó con el plátano y el
gallo más grande que estoy criando? ¿Los comieron los dos?
Mientras
fingía el hombre que la vagina de su esposa le daba informaciones de los hechos de ésta, ella se quedó tiesa, sin
pronunciar palabra alguna. Y su marido le regañó por su infidelidad.
A la mañana siguiente,
la mujer tomó el machete y el fajamôlê (cuchillo no afilado) partió a
la finca. Estando ella sola en la finca, enfadada y decepcionada por la
traición que le hizo su vagina, bajó su ropa interior, se sentó sobre una
piedra, abrió las piernas y se puso a
pegar su vagina, mientras decía: “Tú
eres mala amiga, yo creía que eres la verdadera amiga que tenía, pero resulta
que no eres más que una traidora. Te creía mi confidente, pero resulta que eres
una sinvergüenza de primera”. Terminado de pegar a su traicionera vagina, tomó
las cosas y volvió a casa; juró abandonar la vida desordenada, guardándole
fidelidad a su marido. Desde entonces tuvieron muchos hijos y vivieron felices
para siempre.
Gentileza de "Cultura Oral" publicado por CEIBA Ediciones (Barcelona 2012)
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