miércoles, 3 de agosto de 2016

El tres de Agosto

Por Fancisco ELA ABEME

La primera fase de la tiranía estaba concluyendo. La capacidad destructiva del régimen había llegado al paroxismo. La crueldad le daba miedo a la crueldad.

Macías, con su cerebro asaltado por la sífilis, y Obiang, más cínico que nunca, mantiene esta conversación con su tío: 

"Mejor será que yo ponga un poco de orden ahí fuera, porque, si lo hace otro, no dejará piedra sobre piedra en Mongomo. Y nuestro plan de entregar Guinea a Gabón no podrá cumplirse. Ahora, cuando salgamos a la calle, me montas, como haces siempre, el cirio. Así creerán lo que les voy a decir".

Así fue. No es necesario decir que le garantizó la vida a su tío, " pasara lo que pasara, los chicos te llevarán al otro lado de Kiée. Ya he hablado con el Enano"....Es como Obiang le llamaba cariñosamente a Bongo (padre).

En consecuencia, los oficiales del ejército guineano se reunieron. Estaban convencidos de que, o acababan con Macías o Macías se quedaba sólo. El hedor de la podredumbre del país no les dejaba respirar. 

Ante esta situación límite, nadie reflexiona. Se actúa visceralmente. Es el instinto de supervivencia. A nadie se le ocurre pensar en el después de Macías, porque nadie sabe si habrá "después".

Una vez más, a falta de presos políticos a los que torturar y asesinar, los Pueblos agotados por la inanición, los oficiales del " ejército" guineano, levantan su aquelarre, con la firme decisión de engañar a nuestros Pueblos.

Lo importante es asegurar el éxito de la operación de la decapitación del estado. Para lo que se coloca, al frente de la asonada, no al más preparado ni al más humano, sino al más depravado y cruel, con tal de que sea de Mongomo.

Y llegó el tres de agosto. Los búhos y las lechuzas se pasaron las vísperas de serenata, llamando a los brujos. Y llegó el después de Macías...

Y como nadie pensó en los Pueblos, víctimas propiciatorias, quisieron darle a beber sangre fresca, pero los Pueblos gritaron: "No más sangre, queremos unidad, paz, y, sobre todo, JUSTICIA.

Ante esta situación, a Obiang, carente de cacumen, le entró pánico. Y, de forma obsesiva, se puso "manos a la obra": intentó borrar rápidamente su inmediato pasado con el culto a la persona. Inventó la historia e institucionalizó el crimen: asesinatos, persecución al discrepante, saqueo, compra de voluntades y corrupción. Había que tener a todos agarrados por el escroto..." Es que estos Pueblos son rebenques y débiles mentales. Ya no se acuerdan de que, el tres de agosto, les salvé de Macías y de mí mismo. Porque es que me conozco".

Treinta y ocho años después, Obiang se ha visto sorprendido con el bonito regalo que le ha hecho la Oposición del exterior, esta mañana. En Los Campos Cataláunicos del Facebook, se han enzarzado en una guerra tribal, con el pretexto étnico, que le ha llenado de gozo: "Mi obra destructiva tiene futuro", dicen que ha dicho.

Afortunadamente, he invocado al espíritu combativo de los sabios ndowé, los luchadores bubis, los nacionalistas annoboneses... Y me han dicho: "Paquito, diles que el mayor error que pueden cometer ahora es dejar que el triunfo sobre la tiranía lo atribyan los fang".

La batalla contra la tiranía la deben dar todos juntos. Sólo así se podrá construir la NACIÓN GUINEANA sobre sólidas bases. ¡QUE NO JUEGUEN CON LO QUE NOS COSTÓ NUESTRAS VIDAS!, me gritaban al coro, con los ojos como brasas, don Atanasio Ndong, don Pastor Torao y don Saturnino Ibongo, mientras don Acacio Meñe, don Enrique Nvó y don Salvador Ndong Ekang aplaudían, aprobando lo que decían.

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