Por Francisco ELÁ ABEME
Cuentan que, un día, Lumumba, cansado de que Mobutu le tocara las narices cada dos por tres, le decía a éste, cuando aún se hacía llamar José: "José, por qué no dejas tu escolta abajo y subes, para que lo arreglemos de hombre a hombre".
Mobutu, por supuesto, no subió. Sabía cómo se las gastaba aquel coloso " batetela" de Kasai Oriental.
Gobernar un país, por pequeño que sea, por poco poblado que esté, nunca puede ser una tarea fácil.
Pero tampoco tiene porqué ser, necesariamente, una tarea imposible, como lo demuestran, día a día, nuestros inútiles tiranos.
Yo añadiría más: es más fácil gobernar Guinea Ecuatorial, que montar todo el tinglado que ha puesto en práctica el tirano para vaciar las arcas del Estado.
¿Saben toda la inteligencia que hace falta para robar y esconder lo robado? ¿Saben el sueño que se pierde, los dolores de cabeza, la inquietud, la angustia por saber si mis testaferros me roban?
Por eso nunca hemos hecho una oposición demagógica. Frente a la tiranía y su ineptitud, hemos ofrecido nuestra alternativa.
Pensamos que Guinea cuenta hoy con dos elementos fundamentales y necesarios para poner en funcionamiento un estado: nuestro activo humano y nuestros asediados recursos económicos.
En efecto, tenemos hoy lo que yo llamaba aquí, el otro día, exilio de lujo: un grupo humano plagado de cuadros de primer orden, que han acreditado, por estos mundos de Dios, su capacidad, su competencia, eficacia y eficiencia en todos los ámbitos del saber y profesional.
Aunque sea obvio, mencionar someramente nuestros recursos económicos, tan asediados, que nos han convertido en un oscuro objeto de deseo: nuestra selva, nuestros recursos marítimos, nuestras energías renovables, nuestros recursos de energías fósiles, nuestros metales preciosos y estratégicos, por no citar nuestra potencialidad agrícola.
Si, a la combinación de estos dos elementos, le añades el poner fin a la corrupción y el nepotismo, acabas con el absurdo de premiar la ineptitud, y terminas llevando al gobierno a los mejores, GUINEA Ecuatorial, en pocos años, puede llegar a ser la envidia del mundo.
Con este potencial, satisfacer las necesidades vitales de menos de un millón de habitantes puede ser cosa de coser y cantar.
Aspirar legítimamente a esto no es soñar. Decir esto no es hacer demagogia.
Lo que pasa es que, hasta aquí, nadie ha tomado la determinación de hacerlo. Esta Oposición, sí. Por eso nos temen la tiranía y los que se alimentan de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario