martes, 31 de mayo de 2016

"Ekuklu Nkong"

Por Francisco Elá Abeme

Los fang-beti conocían y conocen tres formas de tomar esposa:

1. Por rapto, "abóm". Era una especie de matrimonio "exprés": el novio raptaba a la novia, y, ya con ella en casa, se cumplimentaban los demás trámites que configuran el pacto matrimonial.

2. La petición de mano, "yea". Los novios se conocen. El padre del novio visita la familia de su futura nuera, para conocer a la que será su consuegra, por lo de..."de tal palo, tal astilla". Pedía formalmente la mano de la novia, después de dar su aprobación.... "es un sitio donde puede entrar el chico". Preguntaba por la cuantía de la dote, y empezaba lo de " medir a la novia ".

3. La tercera forma de tomar esposa era cuando " heredaba a la viuda", mediando parentesco directo de por medio, entre el "causante" y el "causahabiente". O sea, cuando ejercía el derecho de levirato.

Para el objetivo de esta reflexión, quiero ocuparme de la primera modalidad de nupcias: el rapto. Era casi un " casus belli", porque, días después del rapto, venía la "venganza" de los mozos de la familia de la novia, en forma de "nvenga mbóm": invadían el poblado del novio, cazando con palos todo animal viviente que paseara por el patio. La tradición se mantuvo así, desde Djamboga, hasta que los sabios acordaron que no se volviera a cobrar el"nvenga mbóm" de esta forma violenta, porque la acción le creaba problemas al novio, que era quien pagaba el desaguisado. Por lo que "nvenga mbóm" se tasó el cinco gallinas, cinco botellas de coñac, unos cuantos kilos de arroz y otros de pescado salado.

Dentro de esta modalidad de matrimonio por rapto existía una ceremonia --"bea bimbóm"--, que incluía otra más íntima, que era el "bañar a la novia" muy parecida, por no decir idéntica, a la que los griegos clásicos llamaban "canciones del himen". 

Consistía en que, temprano, las viejas del poblado le desnudaban a la novia raptada y le daban un baño de agua tibia --"ndotom"--, al tiempo que la iban observando palmo a palmo la piel, para detectar alguna mancha de lepra.

Los fang-beti no le concedían tanta importancia a la virginidad. O sea, la integridad del himen. Pero, si era así, miel sobre hojuela: la chica era "edún ngoan".

Bien, quien dirigía toda esta ceremonia era la madre del novio. Y tenía que seguir escrupulosamente la ceremonia, en todas sus pautas, so pena de que, si se equivocaba, las asistentes les cantaran " Ekuklu nkong "..." ongen ka yem edjam wa bo".

Recién caído Macías, un diplomático norteamericano visitaba Guinea Ecuatorial, y, observando los efectos del "vendaval", exclamó:"ni proponiéndolo, se puede lograr tanta destrucción".

Los que, en el año sesenta y ocho, creyeron que la construcción de una nación se puede hacer sobre la marcha, se puede improvisar, por lo que pusieron, con su voto, a un "ekuklu nkong" al frente de la nación, son los mismos que, con su ingenuidad, creyeron en el actual tirano.

Con una pequeña diferencia: Macías no endeudó al país. Pero, cuando éste se vaya o le "vayan" nos dejará entrampado durante generaciones, las arcas vacías y los recursos hipotecados...


Y eso que se trata de un país de menos de treinta mil kilómetros cuadrados y sin alcanzar el millón de habitantes. Pero con el mayor porcentaje de ladrones por kilómetro cuadrado.

 ¡Envidiable panorama!




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