Por Crispín Mba
No es una llamada a la violencia, pero el que entendió mejor al dictador guineano fue Simón Mann y Nick Du Toit, aunque la operación no les salió bien.
Con chalados como el que ordena asediar la sede de una casa particular con niños y mujeres, detener y secuestrar a un ciudadano en el avión y mandarle torturar, hay poco margen de maniobra y lo más efectivo a la hora de establecer cualquier tipo de relación con semejante sinvergüenza es sacarle donde está con todo ímpetu posible.
Los que conocen al dictador, saben que es un tipo perverso, cómplice de las miles de todas las atrocidades del gobierno de Macías y del suyo propio y lo que espera es que alguien con saña le devuelve lo que él hizo con Macías. Estoy seguro que si algún Coctel molotov de fabricación casera, o alguna bomba con temporizador o cualquier bomba trampa hubiese volado los sesos de unos de estos zafios ministros de la dictadura como el de la Seguridad o el del Interior, muchos otros imbéciles de la dictadura dejarían de ser gamberros y esos embajadores que pululan por Malabo sin misión diplomática, tendrían algo de que ocuparse. Nunca he visto un pueblo tan pacífico como el guineano, capaz de que le saquen los dientes sin rechistar.
Mientras la representación diplomática de esta comunidad internacional muy dada a los sobornos se está beneficiando de gas y petróleo de Guinea Ecuatorial, siempre dejarán que los imbéciles como el ministro de Seguridad sigan acribillando a balazos a su población y mandando a torturar opositores, sin que alguien le dé un buen susto en sus correrías nocturnas. Es increíble que todos los países democráticos aguanten o agasajan a un tipo que viola TODOS los derechos humanos como el dictador guineano y que su gobierno esté plagado de ministros acusados de asesinatos, violaciones, corrupción, tortura y otros delitos de lesa humanidad.
Después de haber hecho un paripé de elecciones, el presidente dictador de Guinea Ecuatorial es un amasijo de recuerdos trágico para el pueblo de Guinea Ecuatorial al que dice defender y al que sigue reprimiendo salvajemente ante la mirada complaciente de muchos idiotas occidentales. Son estos idiotas que desde sus sedes diplomáticas miran con desprecio a las víctimas que mueren a mano de un cruel dictador. Embustero, manipulador y despiadado, insulta a la cara a todos los países occidentales, alienta la xenofobia, mientras ellos le ríen las gracias.
No puedo resistirme a esta tentación, cómo me gustaría que este merluzo muriera ya de forma definitiva como ya lo han sido los tanto imbéciles que amargaron la vida a sus conciudadanos.
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