jueves, 29 de octubre de 2015


Por: Sir Lucky Dube
CIUDADANO Y COMUNICADOR

“Unos patriotas aman a su país; otros aman al gobierno de su país. Los gobiernos, lógicamente, consideran más patriotas a estos últimos.” –Jaume Perich-

A menudo, y siempre en clave de humor o de broma, suelo decir que muy lejos de albergar cualquier tipo de sentimiento nacionalista, yo lo que soy es barrionalista, probablemente,  evocando viejos recuerdos de mi infancia y adolescencia por los barrios de la capital… Pero, hablando en serio y más allá de la broma que se pueda hacer con este tema, siempre me he declarado en contra del nacionalismo, en todas sus formas. El nacionalismo es, junto con la religión, una de las mayores causas de mortalidad en toda la historia de la humanidad, si no la que más.

De un tiempo a esta parte, nuestro dictador y la gentuza que le rodea se han convertido en los adalides del nacionalismo guineano. Término que, en su infinita ignorancia, alternan con patriotismo, como si ambos –nacionalismo y patriotismo– significaran lo mismo. El régimen de Guinea, a lo largo de sus casi cuatro decenios de sangrienta dictadura, se ha encargado –y en buena medida lo ha conseguido– de sembrar la idea de que cualquiera que no comulgue con el PDGE y con la dictadura no es un buen nacionalista o es un mal  patriota, que para ellos es lo mismo. Lo triste del asunto es que ese mensaje ha calado en la sociedad guineana. En efecto, otro de los rasgos característicos del obianguemismo sociológico es la creencia según la cual estar en contra del gobierno de Guinea es lo mismo que estar en contra de Guinea Ecuatorial. El guineano de a pie, salvo contadas excepciones, parece incapaz de discernir la ‘parte’ del ‘todo’… A día de hoy, una buena parte del pueblo guineano asume como propio el discurso en el que ‘El Fundador’ y su jauría de lobos les invitan a ser más “patriotas de pandereta” y a unirse en torno al PDGE para “preservar la paz reinante” en nuestro “suelo patrio”. Paz que, según Obiang, se ve amenazada por guineanos herejes y poco patriotas que no aman a su país; los mismos antipatriotas que, además, se dejan engañar y manipular por el neo imperialismo occidental más perverso. Como he dicho, lo lamentable del tema es que la sociedad haya asumido como propio ese mensaje, obviando la realidad palmaria de lo que se vive en el país. ¡Incomprensible!

He caído en la cuenta de que, desgraciadamente para nosotros, hemos quedado –o quizá siempre estuvimos– desprovistos de muchos de los consuelos y analgésicos a los que antes podíamos agarrarnos. En ese sentido, conceptos como panafricanismo o sentimiento patriótico están ya demasiado sodomizados; demasiado prostituidos. Obiang & Co. los han usado tantas veces que han perdido su significado original. No es fácil entender que personas que se hacen llamar líderes pan-africanistas tengan la solidaridad de condenar –y bien condenado estuvo– el atentado contra la revista Charlie Hebdo (Francia); y sin embargo, sólo tres meses después, los mismos pan-africanistas de pacotilla –Obiang incluido– guardan silencio ante los atentados de la Universidad de Garissa (Kenya), donde murieron 150 estudiantes africanos, que dicho sea de paso, no se me ocurre un lugar peor que una universidad para perpetrar un atentado. Parece difícil comprender que el señor Obiang –ese gran patriota– prefiera pagar a funcionarios de Gabón, Zimbawe o Benín, entre otros, antes que mejorar los paupérrimos salarios de los funcionarios guineanos. No se entiende o, al menos, yo no entiendo que los miembros de nuestro patriótico gobierno tengan que salir del país para recibir atención médica en occidente, cuando se supone que ese mismo gobierno, patriota donde los haya, hace todo lo que puede para que Guinea Ecuatorial tenga el mejor sistema sanitario posible. Se supone que el sistema de becas de un país sirve para ayudar a que las personas menos favorecidas puedan acceder a la mejor educación posible; entonces a mí que alguien me explique, por favor, porque las becas con las mejores condiciones se adjudican a los hijos, sobrinos o primos de nuestros patrióticos ‘peces gordos’. ¡No, señores! Eso no es patriotismo. Eso es patrioterismo. Y tanto quienes difunden el mensaje como quienes se lo tragan y lo aceptan sin el menor análisis  son unos patrioteros. En ningún caso patriotas.

Anecdóticamente, hace una semana, un amigo intentaba convencerme de que el fútbol o, más concretamente, el Nzalang Nacional era el último resorte del guineano para mostrar su patriotismo, como queriendo decir que ir al campo a apoyar a la selección de fútbol era una de las pocas formas que le quedaban al guineano de a pie para mostrar su ‘amor por la patria’. Yo, lógicamente, me negué en redondo a asumir como cierta tal aseveración. Le contesté –a mi amigo– que según su teoría, por ejemplo, Tontorín merecería ser calificado de gran patriota, pues celebra, como el que más, las victorias de la selección. ¿Tontorín patriota? Rotundamente no. Por ahí, ya no paso. 

En mi opinión, Patria, en primer término, significa Libertad. Patria son escuelas, institutos, universidades y un sistema educativo decente. Patria son hospitales bien equipados y un sistema sanitario eficaz y eficiente. Patria es agua, electricidad, vivienda y trabajo para todos los guineanos, no sólo para algunos. Hacer patria es reducir inequidad e intentar una distribución de la riqueza más equitativa. Patria es no tener a casi ¾ partes de la población viviendo entre la pobreza y la miseria en un país que es el tercer productor de petróleo del continente. Patria son derechos básicos: libertad expresión, de pensamiento y de prensa. Patria son pensiones para nuestros mayores, asistencia y protección para nuestros niños. Patria es promover la emancipación de la mujer. Patria es alternancia en el poder, es perseguir la corrupción, es luchar contra el alcohol, las drogas y la promiscuidad sexual. Hacer patria es cambiar el relato y combatir el tribalismo con la verdad, decirle a la gente que, más allá de etnias y tribus, el problema de Guinea Ecuatorial se llama dictadura. Construir patria es entender y enseñar que todas nuestras esperanzas descansan en dos palabras: Cultura y Educación.

Y a los ciudadanos que han comprado el discurso del régimen sin pararse a analizarlo, quiero que se pregunten ¿Dónde estaban los patriotas cuando Gabriel Lima intentó llevárselo crudo a Sao Tomé y Príncipe, en contenedores? ¿Dónde estaban los patriotas cuando el Tonto nacional se compraba la mansión en Malibú, la residencia en Francia, los coches de lujo o la iconografía de Michael Jackson? ¿Por qué no salió ningún patriota a exigir explicaciones sobre el hecho de que un miembro de su gobierno estaba siendo acusado de corrupción y blanqueo de capitales fuera del territorio nacional? ¿Dónde estaban los patriotas cuando murieron guineanos en el naufragio de la embarcación camerunesa y la guardia costera guineana les negó ayuda? ¿Dónde estaban los patriotas cuando la policía cargó contra los chavales de la UNGE en sus manifestaciones? ¿Dónde están los patriotas a la hora de defender una patria identificada NO con las banderas, ni los gritos, ni la selección de fútbol sino con los servicios públicos, la sanidad, la educación y las condiciones laborales de la gente? ¿Dónde…?

Siempre he pensado que vivir no significa sólo pasar por la vida y que nuestro deber en esta ves intentar, en la medida de lo posible, que el poco tiempo que pasemos en este mundo sirva para mejorar, en algo, la vida de quienes nos rodean. Y cuanto más amplio sea el círculo mejor lo habremos hecho... Por eso no creo en banderas, ni en himnos. Por eso maldigo a los corruptos y corruptores que siguen expoliando mi país mientras el pueblo guineano yace en la cama, con 40 de fiebre. Por eso escupo en la cara al patriotero que no tiene más patria que su bolsillo, y escupo también a quien le aplaude y le adula. Por eso execro al guineano que dice amar a su país pero lleva una venda en los ojos. Por eso un marciano bueno está más cerca de mí que un guineano malo. Por eso…

Porque mi patria es la gente que, en cualquier parte del mundo, lucha por la libertad de los pueblos. Mi patria son todos los que quieren, para Guinea Ecuatorial, libertad, democracia y justicia. Mi patria son los niños, y su sonrisa, y sus sueños, y su esperanza. Mi patria son los luchadores que me he encontrado en el camino. Mi patria son los hombres buenos. Los honrados mercenarios. Mi única patria, es la que abarcan min manos.



Somewhere in South Africa
Sir Lucky Dube
¡One Love!



P.D.: Decía Arthur Ashe que «el verdadero heroísmo es extremadamente sobrio, nada espectacular. No es el ansia de superar a todos a cualquier coste, sino el ansia de servir a los demás a cualquier coste.» A lo que yo añado que, curiosamente, los patriotas de verdad NO suelen decir que lo son. 

jueves, 11 de junio de 2015

Los números no mienten

Descansando después de mi sesión matutina de entrenamiento, me puse a mirar los datos económicos de la Guinea Ecuatorial bajo la bota del Fundador.  He visto algo inquietante.  Antes de compartir lo visto, debo explicar ciertas cosas.  La recesión es un importante concepto económico que, al ser utilizado por los periodistas, con su tendencia al sensacionalismo, no solo se ha integrado en el vocabulario cotidiano, lo cual es bueno, sino que también ha perdido su verdadero significado en el léxico cotidiano.

En términos simples, la recesión es aquel periodo del ciclo económico en que: a) se contrae la actividad económica, b) aumenta el desempleo, c) baja el nivel general de los precios, etc. 

La economía de Guinea Ecuatorial ya entró en recesión desde 2009, que se está deteriorando.  El Producto Interno Bruto (PIB) está en plena contracción, con una deprimente proyección hacia el futuro.  En consecuencia, las empresas están cerrando sus puertas, echando a los trabajadores a la calle, aumentando el desempleo.  El déficit público también está en aumento, por lo que el régimen ya no puede pagar a las empresas constructoras, aumentando así la deuda interna.  Y no solo eso, el régimen se ve obligado ya a recortar los salarios de los funcionarios, si bien sin anunciarlo, así como las becas a los estudiantes de la UNGE, lo que ha desatado las protestas estudiantiles que se están registrando ahora mismo en Malabo y en Bata.  El régimen también se ve obligado a contraer prestamos – se habla de una nuevo préstamo de China, aumentando el endeudamiento del país.  Un malestar general se ha adueñado del país.  Está cundiendo el pánico y el pesimismo.

De este panorama deprimente, hay algo que no cuadra: el nivel general de los precios, es decir la inflación, no está bajando.  Tanto el Índice de Precios al Consumidor como los Deflactores Implícitos del PIB no se están moviendo hacia abajo, como correspondería a una recesión.  En una recesión, deberíamos ver una deflación (tasa de inflación inferior a cero) o al menos una desinflación (caída paulatina en la inflación), pero, nada de eso.  El nivel general de los precios se mantiene alto y, lo que es más, siguen aumentándose.  Y solo es a partir de 2018 que se inicia la desinflación paulatina, según datos del “World Economic Outlook” de 2014.  No voy a analizar el tema, por ahora.  Basta decir que eso podría deberse al hecho de que: Guinea Ecuatorial importa todo lo que consume a la vez que exporta todo lo que produce amen de las múltiples distorsiones que se registran en la economía, como consecuencia de la total imbricación entre la economía y la política en el régimen clientelista y kleptocratico del Fundador.

¿Y qué significa esta situación para la población? 

Simplemente, un aumento en la miseria. Veamos: el Fundador ha recortado los salarios de los funcionarios, reducido las becas a los estudiantes, miles de trabajadores están perdiendo el trabajo como consecuencia del cierre de las empresas, todo ello a la vez los que los precios se mantienen altos.  Y lo que es más, contrario a la lógica económica, el Fundador está aumentando los impuestos así como las tasas, incluyendo las de peaje, en un esfuerzo desesperado por aumentar los ingresos al fisco para compensar la caída en los ingresos petrolíferos.  Es la mismísima muerte.  Si casi un 77% de la población ya vive por debajo del umbral de la pobreza, este porcentaje tendera a subir con rapidez entre 2015 y 2018.  Y dada la profunda desigual distribución de la riqueza nacional, la situación se volverá francamente insoportable.  

Acabo de terminar de seguir un documental en la BBC de Londres sobre Oscar Romero, Arzobispo de El Salvador, asesinado por el ejército salvadoreño, en 1980, en plena misa por sus críticas contra la pobreza, la injusticia social, las torturas y los asesinatos protagonizados por el régimen.  Una de las mujeres entrevistadas, que era su secretaria, creo, dijo algo interesante en la fase final del documental, donde explica en primera persona, porque estaba presente cuando ocurrieron los hechos, es decir el momento del disparo contra el Arzobispo: “fue a partir de ese momento en que la gente decidió sumarse a la lucha, unos clandestinamente y otros en una guerra abierta contra el régimen puesto que, desde ese momento sintieron que ya no tenían nada que perder”.  

En mi último artículo "TODO SE DESMORONA” establecí que habría importantes cambios políticos en Guinea Ecuatorial durante el quinquenio 2016 – 2020 y que el trienio 2016 – 2018 seria crítico.  El primer paso lo han dado los estudiantes de la UNGE.  Algo impensable solo días atrás.  Sucederán más cosas, hasta que se produzca EL EMPUJÓN en el periodo previsto. Así que, hay que prestar mucha atención. 

Los números no mienten.  

Fernando ABAGA EDJANG
(Simple Ciudadano de a Pie, expresándose estrictamente a título personal)

martes, 28 de abril de 2015

COMUNICADO


La muerte, en circunstancias extrañas, de BONIFACIO NGUEMA ESONO NCHAMA, presidente y cofundador de Fuerza Demócrata Republicana 


El Comité de Exilio de Fuerza Demócrata Republicana, está profundamente escandalizado y consternado por la muerte de Bonifacio Nguema Esono Nchama, fallecido en la madrugada de éste martes, 28 abril 2015, en Malabo, tan sólo a trece días de abandonar un largo y duro exilio de casi veinte años.

Por razones estrictamente personales y familiares, el histórico político guineano, 77 años de edad, puso fin a su exilio el día 14 del presente mes de abril y regresó a Guinea Ecuatorial, tras anunciar su retirada de la política activa, más de medio siglo involucrada en ella.

Todo parece indicar y sospechar, según las primeras informaciones que han llegado al Comité de Exilio, que la muerte de Nguema Esono no ha sido natural, sino fruto de un acto premeditado y orquestado por el régimen en sus círculos familiares.

El político guineano se sintió un poco mal de salud el pasado domingo, aquejado de una subida de tensión que de vez en cuando le molestaba en el exilio sin que en ningún momento llegara a niveles que ponían en peligro su vida. Y qué casualidad que su botiquín de medicamentos había desaparecido tras llegar a Malabo y estaba a la espera de nuevos medicamentos encargados en España.

El domingo, sin que se preocupara por la molestia de la tensión, uno de sus hijos decidió llevarle a la ‘famosa’ hospital ‘La Paz’, propiedad de la familia presidencial, desafiando así las amenazas de muerte que pesan sobre Nguema Esono. Nada más ser atendido por los médicos su estado salud empezó a deteriorarse, pero en ningún momento perdió la conciencia. El lunes prácticamente entró en agonía y aun con eso seguía hablando normalmente y sólo cuando presagió que había caído en una emboscada, pronunció sus últimas palabras: “Me muero por incrédulo”. Y expiró.

Francamente las razones personales y familiares le pesaron más a Nguema Esono en los últimos años que el don natural de preservar su propia vida y de alejarse de las tentaciones familiares y, por ende, desafiar la tiranía menospreciando las eternas amenazas de muerte que pesaban sobre él desde 1980 y se acentuaron en 1995 con la creación de Fuerza Demócrata Republicana.

Nuestro compañero estaba convencido de que la renuncia a la política activa quizás le permitía vivir tranquilamente en su Guinea natal rodeado de los suyos y exento del colimador mortífero del régimen criminal y sanguinario del sátrapa Teodoro Obiang.

Desde 2009 parte de los familiares de Nguema Esono, presionados por Teodoro Obiang, venían acosándole in extremis para que regresara a Guinea. En concreto, uno de sus hijos de una relación sentimental, convenció a otros para que redactaran una carta suplicando su regreso a Guinea.

Una reunión extraordinaria del Comité de Exilio de FDR celebrado en Madrid en verano de ese año abordó ampliamente dicho tema, a petición del propio Bonifacio. La conclusión fue unánime. El Comité dio órdenes tajantes al presidente en el sentido de que en ningún momento aceptaría su dimisión ni su renuncia de la política activa y máxime por presión de unos hijos que ya son más que hombres y mujeres para valerse por sí mismos. Igualmente le aconsejó que en ningún momento de su vida se osara a regresar a Guinea mientras Obiang permanece en el poder.

Nguema Esono trasladó a los hijos su malestar conforme a las indicaciones y consejos del Comité Exilio. La presión se relajó, al menos hasta 2012, cuando su hijo vuelve a las andadas. El finado tenía la costumbre de someter al Comité las presiones familiares que pesaban sobre él. Las conclusiones fueron similares hasta que en 2014 renuncia la política activa y decide regresar a Guinea.

En ningún momento el Comité de Exilio permitió a Bonifacio regresar a Guinea Ecuatorial. Tampoco buena parte de su familia, sobre todo, sus primos hermanos y los hijos que de su penúltima esposa.

Uno de sus primos hermanos le telefoneó a principios de abril para rogarle que no regrese a Guinea porque “su tumba está escavada”, según confió el propio Bonifacio a un miembro del Comité de Exilio que estuvo con él durante una semana en su residencia de Almería, poco antes de trasladarse a Madrid y emprender el regreso a Guinea.

Los guineanos olvidan, pero Obiang no perdona

En veinte años de exilio, Nguema Esono siempre gozó de un excelente estado de salud, salvo las molestias propias de su edad, pero nada graves y antes de regresar superó todos los chequeos médicos.

Desde principios de 2000 circula una ‘supuesta’ lista de originarios de de Mongomo que deben ser asesinados en lo que queda del régimen de Obiang y en caso de su desenlace, porque podrían poner en riesgo la sucesión hereditaria de la presidencia de la ‘república’. Todos los miembros de FDR están dentro de esa lista y algunos ciudadanos de Mongomo sospechosos de descontentos con el régimen de Teodoro.

No puede ser mera casualidad que en siete años han muerto, siempre en circunstancias extrañas, cuatro destacados miembros de FDR, entre ellos, dos de sus cofundadores: en octubre de 2008, muere doctor Dámaso Obiang Ndong que acudió al hospital por una molestia palúdica; mayo de 2009, cae Eloy Eló-Mvé Mbengono en Marruecos poco después de regresar al país tras años exiliados; en 2010, cae Benedicto Nzé Ndong y en abril de 2015, cae Bonifacio Nguema Esono, a trece días del exilio. ¿Casualidad? ¿Causalidad? ¿Ironía de la vida? ¿Ironía del destino? En 2005, Obiang envía sicarios para asesinar a Germán-Pedro Tomo, secretario del Comité de Exilio. Los sicarios le confunden con su hermano Manuel, a quien asestan cinco puñaladas mortales y se salvó por la rápida intervención médica.

Resulta inhumano decir que Nguema Esono regresó a Guinea para morir o entregarse al régimen. Pero sí sabía [buenamente] que podían asesinarle. Nunca abandonó ese miedo, pero prefirió no tanto el desafío contra régimen sino el intentar vivir en su país.

Lo que uno dice en el lecho de su muerte [casi] siempre se cumple. En 2009, una familiar de Nguema Esono, minutos antes de fallecer en el hospital de Móstoles, le dijo textualmente: “Nguema Esono, el día de mañana también dirás que te vas a Guinea, cuando has visto de cómo han matado a tu primo Eloy Eló-Mvé; por favor, no te vayas a Guinea porque Obiang te va a hacer lo mismo”.

Las amenazas de muerte por parte de Obiang penden sobre Nguema Esono prácticamente tras el juicio de Macías de septiembre de 1979. En su primer viaje de Estado a Gabón, dónde se decidió el traspaso de Mbañe al país vecino [dichos acuerdos fueron rechazados por Guinea a petición de Nguema Esono cuando era secretario técnico de AAEE en el Gobierno del CMS], Omar Bongo le dijo a Obiang que si quiere permanecer en el poder debe deshacer del vicepresidente de Macías. Poco después Bonifacio fue confinado como embajador en Etiopía antes de que el país aceptara su plácet. No dimitió, sino abandonó la embajada tras un año y se afincó en la ciudad de Mongomo, harto de las humillaciones que le sometían sus subordinados a instancias de Obiang. Para más inri, a penas cobró su salario como embajador.

En Mongomo le sometieron a todo tipo de tentaciones y de trampas por si caía. Intentaron involucrarle en supuestas tentativas de golpe de Estado de 1982 y 1986. Le nombran alcalde sin consultarle y después le someten a un inventario por si faltaba un CFA de los dos millones que tenía la alcaldía al año. Resultado, un superávit de más de medio millón de Francos CFA.

Obiang crea el PDGE e invita a Bonifacio a sus filas. Rechazo tajante. En un viaje a Mongomo le invita a comer en su poblado natal ante varios miembros de su régimen y del párroco de la localidad. Le recrimina por no militar en PDGE y Nguema Esono le contesta que está retirado de la política.

Tras la proclamación oficial del pluralismo político, Obiang le invita a Malabo para que ante los medios de comunicación estatales ‘insulte y critica a la oposición y rechace su supuesta militancia en Up’. Se niega.

La creación de FDR en 1995 y la activa participación de Nguema Esono en la campaña por la POC, su histórico discurso en el cierre de campaña en Malabo, enfureció aún más a Obiang. El cinco de octubre él y su compañero Felipe son expulsados de la capital y confinados en sus poblados porque, según el comunicado de Obiang, “su presencia en Malabo pone en riesgo la seguridad del Estado”.

En Mongomo son sometidos al Tribunal de Inquisición, vejados y humillados. En la misma noche del día 17 de octubre, un escuadrón dirigido por el asesino Cayo Ondó intenta acabar con ellos, pero la información llega al conocimiento de simpatizantes de FDR, que les ayudan a exiliar en Gabón.

En verano de 1995 Nguema Esono logra exiliarse en España, mientras sus compañeros Guillermo Nguema Elá y Felipe Ondó son secuestrados meses después.

En verano de 2003, Santiago Eneme Ovono, hermano de Obiang entonces exiliado en España por problemas familiares, revela a Nolasco Obamefur durante una larga charla lo siguiente:

Santiago: … ¿Sabes lo más que se arrepienta Obiang en su vida?”
Nolasco: … Cuéntame.

Santiago: … Por favor, no lo digas a nadie ni máxime que te lo he dicho yo.

Nolasco: … ¡Sabes que los secretos me llaman papá por imperativo ético y profesional!

Santiago: … Tras la creación de FDR, Obiang me dijo un día que ‘cada vez que me pregunto por qué no maté a Bonifacio en tiempo de Macías me duele la cabeza’, y yo le pregunté por qué, explica Santiago y Obiang le responde: ‘en realidad pensaba y muchos otros que Bonifacio era estúpido, tonto y bruto, que hasta burlábamos de él entre amigos, pero ahora me doy cuenta que nos equivocamos porque Bonifacio es uno de los políticos más listos e inteligentes de éste país y por eso de tantas trampas que le he tendido no ha caído en ninguna. Continúa Obiang: de los tres cofundadores de FDR, el único que me costará eliminar es Bonifacio, porque es muy cauto y listo; pero de los otros dos conozco sus debilidades y basta tenderles un cebo y lo pican… Eloy no me preocupa porque le gusta mucho la buena vida y Felipe es mi yerno, yo sé cómo acabar con ellos en cualquier momento. Pero lo que sí te aseguro, hermano, es que jamás permitiré que yo me muera antes que Bonifacio, porque conoce todas las cosas malas que hice durante el tiempo de Macías…

Nguema Esono estaba al corriente de esa conversación, como todos los miembros del Comité de Exilio.

En 2011, la última hija de Nguema Esono se atreve a solicitar una entrevista con Obiang en su palacio. Tras meses Obiang le recibe en su despacho del palacio Tres de Agosto, Malabo. Nchamita ni corto ni perezosa, le hace una pregunta directa: “Señor presidente, dime exactamente ¿qué problema tienes con mi padre que no le dejas vivir en su país con sus hijos? Obiang tampoco reparó en su respuesta: “el problema que  tu padre y yo tenemos es que esta silla que estoy sentado los dos la disputábamos, pero yo gané y hasta la fecha tu padre no quiere asumir su derrota ni reconocer mi triunfo”.

Obiang y Constancia intervienen en el acoso al retorno

Cuando los hijos, en realidad un hijo de una relación sentimental bien posicionado en Guinea, dio cuenta que no podía convencer a su padre dejar política ni abandonar exilio, requirió la intervención directa de quienes le mandaban, Obiang y su mujer.

En su fiesta de bodas de oro, de plata o de no se sabe qué metal, Teodoro recurre a la última mujer de Bonifacio, doña Rosalía y le invita a pasarlo bien en Mongomo. La invitación crea una crispación matrimonial, porque Nguema reprocha a su mujer que un hombre no puede invitar a una fiesta a una mujer casada sin el consentimiento de su marido… En fin, la mujer va a la embajada y le entregan billete y dinero para la fiesta. De regreso, la crisis agudizó y la mujer abandona el hogar sin apenas avisar a su marido. Regresa a Guinea y le colocan como funcionaria de Inseso. Las dos últimas mujeres de Bonifacio se fueron de casa por intrigas de Obiang.

Logrado el objetivo, Obiang y su mujer comienzan a sacudir el teléfono de Bonifacio día y noche, cosa que éste pone al conocimiento del Comité de Exilio.

Una conversación diga de contar  cuando Constancia le invita a regresar a Guinea con todas las garantías y juramenta que mientras sigue siendo primera dama no le pasará nada porque, al final, ambos son la de la tribu Obuk. Nguema le responde que Eloy también era de la misma tribu y por qué murió a manos del régimen… Bonifacio le condiciona que debe mediar un escrito de su marido como jefe de Estado garantizándole la seguridad y responsabilizándose de todo lo que pudiera ocurrirle si regresa a Guinea… Igualmente Bonifacio condicionó su retorno previo encuentro cara a cara con Obiang en un país de la Unión Europea…

En las siguientes conversaciones Constancia cambia de estrategia y habla más bien cordialmente e incluso le pregunta a Bonifacio si aceptaría una pequeña ayuda económica que podría estar mandándole regularmente. Nguema lo rechazó de plano, pero la dama insistía en otras conversaciones que no lo hacía como primera dama  sino como sobrina o hermana de tribu…

La siguiente estrategia fue el envío de emisarios. Su hijo el ricachón y el hermanito de Constancia, Cándido Nsue Okomo. Se reúnen una y otra vez con Bonifacio en Madrid y le exigen redactar una carta a Obiang con sus exigencias para entrar en Guinea. Nguema redacta la carta que nunca fue respondida.
Constancia y su hermanito abandonan la escena y dejan todo en manos del hijo de Nguema Esono, que finalmente convence a su padre.

El Comité de Exilio siempre estuvo al tanto de esa situación y en una reunión, un miembro recriminó a Bonifacio el haber admitido que su hijo y Cándido negocien con él en nombre de Obiang y de su mujer. Si Obiang quiere negociar contigo debería enviar una representación al más alto nivel y nos esos jóvenes analfabetos funcionales.

Juicios exprés y virtuales

Hay quienes se felicitan por la muerte de Bonifacio en las redes sociales, recriminándole de tener manos manchadas de sangre en tiempo de Macías. Y otros le reprochan por haber ido sin hablar de lo que exactamente ocurrió en tiempo de Macías y de su grado de responsabilidad.

Simplemente hay que responderles parafraseando al difunto Eloy Eló-Mvé Mbengono: el juicio de Macías aún no ha terminado, aun cuando muchos de sus colaboradores están muriendo sin decir nada.

Sobre Bonifacio no hay que precipitarse. No ha muerto con la boca cerra. Ha dejado a buen recaudo sus memorias listas para publicar en el momento oportuno. Están bien protegidas en una ciudad de Estados Unidos, donde se publicarán en su día. Cuando salgan a la luz, muchos se quedarán con la boca cerrada.

Condolencia a hijos y familiares

El Comité de Exilio de FDR envía su profundo pésame a la familia afligida y les anima a superar las rencillas familiares que pudieran desatar tras la muerte de Bonifacio.

No hay motivos para mitigar la pena en esas circunstancias, pero quienes tienen fe y esperanza les animamos a saber que la muerte de Bonifacio tarde o temprano tendrá sus consecuencias.

Que Bonifacio Nguema Esono Nchama descanse en paz y que Dios le acoja en su seno como cristiano devoto que era.

En el exilio,  28 de abril de 2015

LIBERTAD, JUSTICIA E IGUALDAD
EL COMITÉ DE EXILIO DE FUERZA DEMÓCRATA REPUBLICANA