domingo, 12 de agosto de 2012

¡JUEGOS SUCIOS DE LA SUPERIORIDAD! (LA ORIENTACIÓN DE LAS FAS)




 

¿Servir o ser servido?

La clave para entender la filosofía de las Fuerzas Armadas en Guinea Ecuatorial, hoy, en treinta y tres años de Guinea Mejor, está en una frase que decía el Presidente Macías Nguema Biyogo a sus milicianos, cada vez que los condecoraba. Les decía en lengua fang, mientras le ponía el galón sobre el hombro al miliciano paleto ¡Muadjang, kel’adji kup! Y se sabe que el Presidente Macías era extremadamente generoso repartiendo galones. Ahora, el problema con esos numerosos galones era que iban siempre a par en manos de niños, sin ninguna educación de base, completamente analfabetos, con los únicos méritos de ser unos estupendos chivatos o eran parientes del Presidente. Aquello que les decía el Presidente de la época, mientras condecoraba a sus chavales milicianos es la raíz de todos los males de los que adolece hoy nuestras Fuerzas Armadas. La frase, hoy, en 2012,  ya se ha refinado y van diciendo por allí que “la cabra come donde está atada”, hasta el extremo que los miembros de las Fuerzas Armadas se consideran ya “cabras” atadas a no se sabe qué.  Echando mano a una sabiduría salomónica que dice: “al niño hay que adiestrarlo en el camino que debe seguir, y aunque sea anciano no se apartará de él” (proverbios 22:6), hemos podido comprobar que muchos de los miembros de las Fuerzas Armadas que son señalados hoy con un dedo acusador de ladrones, corruptos, “empresarios”,  asesinos o sádicos, fueron milicianos revolucionarios en marcha con Macías y fueron condecorados por el Gallo Rojo.
Como consecuencias de las sabias orientaciones del Incansable Trabajador, los milicianos de Macías se convirtieron en el verdadero terror de la población civil en toda Guinea Ecuatorial. En los poblados, se hacían con los gallos, los patos, los huevos, los cerdos, cabras, plátanos, etc. todo en nombre del Presidente Macías, el Único Líder. Pobre de aquel que opusiera resistencia: descendía sobre él la furia de Papá Macías en forma de un camión ruso lleno de milicianos borrachos, drogados y bien armados. Los milicianos de Papá Macías, de alguna manera, vinieron y se fueron pero la mentalidad  y el modus operandi sobrevivieron en las Fuerzas Armadas por razones demasiado feas para mencionar aquí, aparte de tener en su haber el logro de haber conseguido, y con mucho éxito, traumatizar a todo un país. Todos los ecuatoguineanos, sin excepción, están traumatizados: ¿quién no se ha fijado en el hecho de que para que hable un ecuatoguineano, tiene que mirar primero sobre el hombro, siendo ministro o limpiabotas, estando en Malabo, en Accra o en Torrejón de Ardoz? Ese traumatismo colectivo es el mayor éxito de una institución del Estado ideada para servir.
Después de los ataques a la Société Générale, en Bata, el 6 de diciembre de 2008, el Presidente Obiang Nguema Mbasogo, pasó a referirse, con oraciones directas, al hecho de que los mandos de las Fuerzas Armadas “estaban más preocupados por sus negocios personales que de los asuntos de la Seguridad Nacional”, estaba confirmando lo que venían muchos  disidentes ecuatoguineanos diciendo a gritos, que los mandos de las Fuerzas Armadas estaban en el cuerpo sólo para servirse o ser servidos; pero eso estaba ocurriendo en un momento en el que absolutamente nadie en nuestro país esperaba que el Presidente Teodoro Obiang tomaría las medidas necesarias para la re-orientación de las Fuerzas Armadas y justamente no hizo nada para corregir la situación.
La idea de hacer una carrera militar en busca de una gloria personal o sólo para servirse, es mala idea; es tan malo como pegarse un tiro en el pie. Seguramente pases un buen rato, pero cuando las cosas se compliquen, todo se vuelve contra ti. Cuando la relación entre el coronel Gabriel Nzé Obiang Obono, antiguo jefe del gabinete militar del Presidente Teodoro Obiang, se complican, claramente por asuntos de faldas, abandona Guinea Ecuatorial, y, en España, convoca una rueda de prensa y se declara opositor al régimen dictatorial de Malabo. Parece que pensó que hacer política era algo así como una continuidad de los juegos sucios a los que están acostumbrados allá en la “superioridad”. En su trayectoria de arremeter contra todo el mundo, publica, de paso, el verdadero currículum de un viejo vice-Presidente de Macías, D. Bonifacio Nguema Esono Nchama. La respuesta de Nguema Esono Nchama, que no estaba teniendo un buen año, no se hizo esperar. Después de dar detalles de las andadas del Coronel por los bosques de Belebú-Balchá, durante la crisis del 21-E de 1998, Nguema Esono Nchama le dijo a Gabriel Nzé Obiang Obono: “Un coronel no se exilia, se atrinchera”. 
Se podría decir lo mismo de muchísimos militares ecuatoguineanos humillados como Fructuoso Mba Oyana (coronel), Carmelo Owono Ndong Ada alias Cona (Alférez), Diosdado Nguema Eyí (coronel), Agustín Ndong Oná (general), Cipriano Nguema Mba (teniente coronel), José Abeso alias popo (capitán), etc. Otros han sido fusilados injustamente, asesinados o encontrados muertos en circunstancias extrañas y en toda la historia de las Fuerzas Armadas, todas esas humillaciones, asesinatos, fusilamientos injustos y otras violaciones quedaron impunes hasta la fecha. No hemos dejado de preguntarnos por qué.
Sin embargo, no siempre las cosas tienen que ser como estamos acostumbrados aquí en Guinea Ecuatorial, y cuando comparamos ciertas situaciones que ocurren en otras partes, nos damos cuenta que lo que marca la diferencia es el tema de liderazgo. Líderes… los debe haber por todas partes, no solo en Punta Fernanda, sino desde el instituto hasta el último miembro de las Fuerzas Armadas. Debemos ser líderes todos, estemos donde estemos. Salía una tarde de Rebola y el microbús se volcó en la cuneta, casi salimos todos ilesos con heridas leves, salvo un hombre que se hallaba bajo el vehículo. Entre los primeros vehículos que aparecieron para socorrernos, apareció uno del que se apeó un hombre, vestido de civil pero apostaría que era militar por el comportamiento que desplegó. Durante larguísimos minutos al hombre que se hallaba bajo el vehículo se le dio por muerto, mientras aparece alguien que, en cuanto se entera que había un hombre bajo el vehículo, se puso enérgicamente a alentar a todos los presentes (se habían concentrado ya en el lugar muchos coches) a unirse a levantar el coche, insistiendo que el hombre bajo el vehículo podría aún estar vivo. En cuanto consiguió que los expectantes se pusieran a levantar el vehículo volcado, se puso seguidamente a identificar a aquellos que estuvieron en el coche accidentado y, dividiéndonos en dos grupos, consiguió que dos vehículos de Arab Contractors nos llevaran al hospital de Malabo. De los que nos fuimos, no había, como he dicho antes, ningún herido grave pero al hombre que dejamos detrás lo dábamos por muerto. Pocos días después volví a Rebola y pude confirmar que el tipo que se rescató bajo el coche había ¡sobrevivido!
El líder es aquel que ayuda a los demás a salir de situaciones difíciles, no necesariamente es aquel que tiene una foto en las paredes, o que sueña con que tenga una foto en todas las paredes, ¡no! El líder es aquel que se preocupa por el bienestar de los demás, no es necesariamente aquel que, en cuanto tiene la mínima oportunidad, pone todas las ventajas de su parte, pisotea y se mofa de los demás. Muchas cosas no ocurren por casualidad: si observamos la vida que llevan los mandos de las Fuerzas Armadas en nuestro país y la comparamos con la vida que llevan sus soldados en los campamentos militares, uno se da cuenta que al General Agustín Ndong Oná se le podría haber ahorcado públicamente sin producirse en nuestro país ninguna reacción. Quien lo duda que observe el calvario que tuvo que experimentar el coronel de su sobrino Cipriano Nguema Mba sin que en el ejército nadie moviera un dedo.
El día primero de marzo del 2009, era un domingo. Avanzada la noche, en Bissau, estalla en el cuartel general del General Batista Tagme na Waie una bomba que acaba con él, por fin, después de una  larga cadena de intentos, sin éxito, del dictador Joao Bernardo Nino Viera, para eliminar de la circulación en Bissau del mencionado general. El día siguiente, lunes 2 de marzo 2009, estalla en la Presidencia de la República otra bomba, no muere el Presidente en el acto, pero, en su intento de huir del lugar, fue abatido por soldados que nadie pudo detener antes de huir. Ahora, la pregunta es, ¿era esa una casualidad o se trata de gente que salieron a decir al Presidente eso no es aceptable, utilizando el lenguaje que ellos conocen?
 El mismo año, el 3 de diciembre 2009, nos llegan noticias de que en la Guinea vecina el Presidente Musa Dadis Camara había recibido una bala en la cabeza, cortesía de su guardaespaldas Abubakar Tumba Diakité (era teniente). Tumba desapareció de Conakry como si fuera por arte de magia. Contactó, incluso, después, a la Prensa y les dijo lo que les dijo pero la gente no dejaba de preguntarse cómo se pega un tiro al Presidente y se sale vivo del cordón de seguridad. En cada uno de los casos presentados o cualquier otro caso similar, debe haber alguien dispuesto a cubrirte las espaldas, alguien que has formado o apoyado tú en algún momento. De lo contrario debes volver a repasar tu comportamiento como líder. Cuando las cosas se complican, para los mandamases des Fuerzas Armadas, lo primero que se les ocurre es exiliarse porque mientras mandan solo se dedican a competir por bienes materiales y a exhibirlos descaradamente ante un público generalmente pobre. Nadie se ha preocupado, durante mucho tiempo, por mejorar la vida de los militares y cada vez que caía un mando de esos, los militares parecían contentos de verle parir, por si el siguiente sería diferente.
Liderar mal puede compararse a empaparse de gasolina, despacio, y al final prenderse fuego con una cerrilla. Y cuando te prendes fuego a ti mismo, a la gente les encanta venir a presenciar cómo te consume el fuego. Así es la naturaleza humana. Los futuros mandos de las Fuerzas Armadas o los aspirantes a esa noble profesión, deben hacer lo contrario que hacen sus mayores. Un mando militar debe actuar como un verdadero líder, uno que pone primero las necesidades de sus hombres, mantiene una buena relación con ellos y es generoso. Nadie, en el campo militar o civil, ha recibido honores por lo que recibió sino por lo que dio o legó a los demás. La generosidad de un líder se debe notar, los discursos, como decimos en Guinea Ecuatorial, no valen. Debemos empezar a medir a nuestros líderes por la cantidad de gente que sirven y no al revés. Los problemas de los militares no se van a resolver ignorándolos. Hay que hacerlos frente y esos mismos militares se lo agradecerán a sus mandos en su día y su relación con la población civil estaría menos envenenada.
Le Roy H. Kurtz, de la General Motors, solía decir que un líder no es aquel que se dedica a quitar lo que tienen los demás sino a dar.
CONTINUARÁ...

Un colaborador


1 comentario:

  1. ANONIMO :Hola , he leido vuestro articulo sobre las Fuerzas Armadas, me gusta la autocritica,lo gue pudiera orientarles, es gue actualmente Guinea Ecuatorial, no tiene unas Fuerzas Armadas,
    solo existe unas Fuerzas Armadas Familiares, por gue en ningun Pais del mundo una region no puede tener el 9o por ciento de todos los mandos, habiendo asi las Fuerzas Armadas
    no han sido organizadas tacticamente, por gue las nominaciones gue hay de por ejemplo Jefe de Batallon,solo es nominal no responde a una situacion tactica, un jefe de batallon
    tiene una plana mayor con cuatro secciones, y despues tendria tres o cuatro companias con armamento propio, se llama arma organica del Batallon, y el batallon tendria como
    Brigada o regimiento gue tiene armas gue apoyan alos Batallones, esta teoria no existe en Guinea, existen mandos, unos con preparacion mnima aceptable otros,nulos y son mas
    considerados por el regimen, de alli el gue se postula hacer el mal es bien acojido por la dictadura, sea instruido o no, despues hay una vigilancia extrema de los gue creen sospe-
    chosos, es decir los gue no colaboran en torturas, ni informar las andanzas de civiles politicos sospechosos.

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